VIDAMÉDICA / COLUMNAS DE OPINIÓN { 9
Desde el punto de vista de los principios éticos que rigen el trabajo médico , se debe considerar que lo prioritario es el de “ no dañar ”. Principio que impone la obligación de las y los médicos de oponerse activamente a perpetuar condiciones de atención a pacientes tan degradadas que , en conciencia , son incompatibles con el deber profesional de ofrecer servicios que tengan el nivel de calidad mínimo permisible . Una huelga de esas características sería moralmente admisible , pues constituye un acto de responsabilidad . Sin embargo , es necesario considerar el principio de doble efecto presente en muchos de los tratamientos que se indican a los pacientes y que sirve para determinar la licitud o ilicitud de una acción que tiene dos consecuencias : una buena y otra mala . Donde la buena debe prevalecer por sobre el daño producido . En ese sentido , la huelga se debe hacer minimizando el daño , asegurando la atención de todo paciente grave . En tanto , el principio de beneficencia debe llevar a los médicos a incorporar en sus reclamos laborales la necesidad de mejoras en el sistema de salud en términos de accesibilidad , calidad y humanización de la medicina . Atendiendo a lo anterior , la huelga médica reconoce ciertos límites éticos que es necesario tener en cuenta :
• Debe ser el último recurso , al que se llega tras agotar todas las instancias de comunicación y negociación con empleadores y autoridades .
• Debe regir el principio de no-maleficencia , en virtud del cual se debe evitar que las acciones reivindicatorias afecten a enfermos graves .
• El cese de actividades debe ser parcial y por un tiempo breve , manteniendo un nivel mínimo de servicios esenciales . No debe ser aplicada de modo absoluto y llevada hasta sus últimas consecuencias .
• Se debe respetar el derecho de las y los médicos que decidan no adherir a la huelga .
DESAFÍOS EN LA FORMACIÓN MÉDICA
Dr . Ignacio Silva Ayarza Presidente Departamento Formación y Acreditación
La formación médica enfrenta múltiples desafíos , los que actualmente van más allá de la mera transmisión de conocimientos . La reciente pandemia del COVID-19 , la cual interrumpió la formación clínica presencial y empujó a las instituciones hacia una rápida virtualización , tuvo un impacto tremendamente significativo en nuestras y nuestros estudiantes y en la forma en la que realizamos docencia . Aunque la tecnología es una herramienta valiosa , el desafío reside en cómo integrarla , para que las habilidades clínicas no se vean comprometidas . Es indispensable establecer estrategias híbridas que combinen aprendizaje virtual con prácticas clínicas , aprovechando al máximo la telemedicina , pero sin descuidar la esencia del contacto humano en la medicina . La perspectiva de género en la formación médica ha cobrado especial relevancia en la formación médica . Las desigualdades , aunque han disminuido , aún persisten y son notorias en nuestro campo . Se requiere no sólo reconocer y derribar prejuicios , sino reconfigurar currículos y prácticas para que sean inclusivos y ecuánimes . La equidad de género debe ser una piedra angular en la formación , promoviendo no sólo una representación equitativa , sino también oportunidades , liderazgos y reconocimientos justos . El maltrato docente-alumno , una realidad latente en muchos centros , requiere una intervención decidida . Más allá de protocolos de denuncia , es crucial optimizar la formación en docencia de las y los médicos que participan en el proceso formativo , humanizando la enseñanza médica y propiciando ambientes donde el aprendizaje fluya en un marco de respeto y colaboración . Una preocupación creciente es la inequidad en la distribución de especialistas dentro del país . Muchas regiones carecen de profesionales especializados , mientras que otras están saturadas . Es vital reformar los programas de formación . Orientarlos al sistema público y a las necesidades regionales podría ser un paso hacia la solución . Finalmente , la certificación y acreditación de especialidades son vitales para garantizar la excelencia en el trabajo médico . Optimizar estos procesos , haciéndolos más ágiles , transparentes y rigurosos , garantizará no sólo la formación de calidad , sino también la confianza de los usuarios y usuarias en el sistema . Por lo mismo , nuestro desafío no es solamente formar médicos y médicas con excelencia clínica , sino líderes comprometidos que , con una visión integral del paciente y la salud pública , impulsen un sistema de salud más justo y equitativo , centrado en las personas y orientado hacia el bien común . “ La vida es corta , el arte es largo , la oportunidad fugaz , la experiencia engañosa y el juicio difícil ”, reflexionaba Hipócrates . Aunque la vida es finita , el arte de la medicina requiere de un aprendizaje y perfeccionamiento constante . La oportunidad de intervenir puede ser breve , y basarse sólo en la experiencia puede ser engañoso . Por tanto , el juicio médico , forjado a partir de la formación y la práctica reflexiva , es crucial y a menudo complejo .