VIDAMÉDICA / MÉDICOS MAYORES
avanzados de Norteamérica. Mi principal función consistía en
monitorizar la formación de becados tanto más informados
que yo y pronto pude dirigir la Chest Clinic, donde tuve la
oportunidad de introducir el concepto de “Médico de Choque”
que tan útil había resultado en los Consultorios Externos del
Departamento Broncopulmonar del Hospital San Juan de
Dios y en el Hospital del Tórax.
No me acostumbré a la vida en Estados Unidos y extraña-
ba mucho a Chile y a mi familia, pero no siendo aconsejable
aún volver, a mediados de 1976 acepté un cargo como Jefe de
Servicio en el Hospital Sanatorio de Tarrasa, en Barcelona, mi
ciudad natal, donde transcurrió mi quinta experiencia vital, la
que duró solo seis meses, porque me llegó una oferta que no
pude resistir.
En Enero de 1977 fui nombrado Director Ejecutivo de la
International Union Against Tuberculosis (IUAT), con sede en
París. Durante dos años tuve la responsabilidad de colaborar
con la OMS en la Lucha Contra la Tuberculosis, en lo que sería
la sexta etapa de mi vida. Viajé a todos los continentes, contri-
buí a la organización de Programas de Control de Tuberculosis
en Tanzania y otros países de Africa, Asia y América Latina.
Organicé Conferencias Regionales e Internacionales, como la
XXIV World Conference de la IUAT en Brusselas en 1978 y en-
frenté numerosos desafíos, como el de editar el International
Journal of Tuberculosis en tres idiomas: inglés, francés y espa-
ñol y ampliar las actividades de IUAT para incluir al resto de
las Enfermedades Respiratorias.
El hecho que un núcleo importante de mi familia se fuera re-
concentrando en Chile, me hizo renunciar para volver a mi
país de adopción a fines de 1978.
Mi vida había sufrido ya demasiados cambios y mi familia
se había desmembrado. Me había divorciado de mi primera
esposa, la Dra. Nieves Hernández Gómez y mis cuatro hijos
estaban dispersos por el mundo. Primero, María Cristina,
la mayor, estudiante de Antropología en la Universidad de
Chile, tuvo que emigrar junto a un compañero ecuatoriano
a Quito, donde se casó, terminó sus estudios y tuvo dos hi-
jos. Yo emigré a Estados Unidos con mis dos hijos menores
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que aún estaban en el Liceo Manuel de Salas; María Isabel
se casó en San Francisco donde sigue residiendo y Emilio me
siguió a Barcelona, donde continuó sus estudios secundarios,
porque quiso acompañarme a París. Victor se había quedado
con mi hermano Rafael estudiando Ingeniería Comercial en la
Universidad de Chile. De modo que durante largos años cada
uno de nosotros estaba en cinco países distintos; Ecuador,
Estados Unidos, España, Francia y Chile.
A mi regreso, nadie se atrevía a contratarme. Por fin fui aco-
gido por mis antiguos compañeros del Hospital San Juan
de Dios en el Servicio de Medicina del Profesor Esteban
Parroquia y reinicié, una vez más, mis actividades docentes
en la Universidad de Chile. Durante esta séptima y espero úl-
tima vida, recibí una serie de reconocimientos que sería largo
enumerar.
Por último, anotaré que fui elegido Presidente de la Sociedad
de Enfermedades Respiratorias y al asumir el cargo, no te-
níamos una sede fija, por lo que nos reuníamos por turnos
en los Hospitales. Tuve la buena fortuna de contar con la
entusiasta colaboración de los Drs. Juan Carlos Rodríguez,
Patricio Gonzalez, Alvaro Undurraga y de la Dra. Eliana
Ceruti. Alquilamos luego una oficina en el edificio que acaba-
ba de comprar la Sociedad Médica de Santiago y adquirimos
teléfono propio. Mi hermano Rafael, que ya era un próspe-
ro empresario, nos donó el primer computador. Así organi-
zamos Congresos de la especialidad y creamos secciones de
Kinesiología, Enfermería y Tecnología médica y organizamos
diversas jornadas y Cursos Docentes en Santiago y regiones.
En cuanto a mí, me uní a la Dra. Eliana Ceruti Danús,
quien me ha dado estabilidad emocional que tanto necesi-
taba. Actualmente sigo haciendo docencia ad honorem en
el Hospital San Juan de Dios y en el Instituto Nacional del
Tórax y continúo como asesor del Programa de Control de
Tuberculosis del Ministerio de Salud.
Estoy agradecido de la vida, de Chile, de todos mis compañe-
ros de trabajo y especialmente de mi familia, que ha sido mi
apoyo, mi razón de peregrinar y mi consuelo en los momentos
de infortunio.
NOTA DE LA REDACCIÓN:
El fuerte vínculo creado por el Dr. Farga, como editor de la sección Tuberculosis, con la Sociedad Ch. de Enfermedades
Respiratorias, fue reconocido por ella, y se le pidió que escribiera su “imperdible historia personal”, que es la que reproducimos.
El Profesor Farga tiene un impresionante currículum, en el que destacan: Presidente de la Sociedad de Enfermedades
Respiratorias (1984-86), Fellow del American College of Physicians (USA 1987), Miembro de número de la Academia de Medicina
del Instituto de Chil (1988), Miembro del Comité de Expertos de la OMS en Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias (Ginebra,
Suiza, 1982-92), Miembro de Honor de la International Union Against Tuberculosis and Lung Disease (Paris, 1998), Maestro de
la Medicina Interna (Santiago, 2013) y Miembro Honorario de la Asociación Latinoamericana del Tórax (ALAT 2016). Autor del
libro Tuberculosis, ya en su tercera edición. Lamentamos su fallecimiento, el pasado 15 de julio de 2019. Enviamos nuestras más
sentidas condolencias a sus seres queridos.