28 } VIDAMÉDICA / NOTA
Asociación Doctora Mamá
MUJERES UNIDAS POR LA
DEFENSA DEL DERECHO A
LA MATERNIDAD
En noviembre, un grupo de médicas creó un grupo de chat para compartir experiencias en torno al embarazo,
la crianza y la compatibilidad con el trabajo. Poco a poco, comenzaron a sumarse más integrantes y a denunciar
situaciones abusivas y discriminatorias en su entorno laboral, por lo que decidieron unir fuerzas. Hoy, cuentan con
más de 2.200 miembros activos y están organizadas para exigir que mejoren estas condiciones.
Por: Daniela Zúñiga R.
T
ras la explosión de la ola feminista en 2018, las deman-
das de las mujeres por la equidad de derechos se han
hecho escuchar cada vez con más fuerza. Terminar con
el acoso y abuso sexual en todos los espacios y contextos, el
fin de la violencia de género e igualdad de condiciones en el
trabajo, son algunas de las exigencias que llegaron
para quedarse.
Este imperativo de cambio también lle-
gó al Gremio, que ha buscado hacer-
se cargo de estos problemas, con
la creación de una Comisión de
Género y Salud y la campaña
#EnSaludTambién, que aborda
este asunto como un problema
de salud pública y visibiliza
malas prácticas hacia médi-
cas y pacientes.
Otro tema que ha surgido
con fuerza, es el respeto a
los derechos de protección
a la maternidad, que muchas
veces son pasados a llevar, es-
pecialmente durante la beca o
residencia.
Ante esta realidad, en noviembre de
2018, un grupo de madres médicas co-
menzaron a organizarse. Lo que comenzó
como un chat entre amigas y colegas para ge-
nerar redes apoyo, pasó a ser la “Asociación Doctora Mamá
Chile”, un grupo de Facebook que hoy reúne a más de 2.200
mujeres en todo el país y que tiene como objetivo unir fuerzas
para cambiar las inequidades a las que se ven enfrentadas a
diario y buscar en conjunto cómo solucionarlos, con un gran
espíritu de sororidad entre todas las participantes.
“Empezamos a agregar amigas y colegas al grupo de Facebook
y nos sorprendió la excelente respuesta. En pocas horas ya ha-
bía 200 integrantes y a los pocos días éramos 800. Hoy, lue-
go de 4 meses, somos más de 2.200 miembros activos, entre
mamás y futuras mamás, y seguimos creciendo”, cuentan sus
organizadoras.
Decidieron no tener una directiva y funcionar en forma coope-
rativa, formando una comunidad participativa y no jerárqui-
ca. Se coordinan de manera digital, principalmente a través
Facebook y WhatsApp. A través de una encuesta que res-
pondieron más de 400 participantes, pudieron conocerse un
poco y obtener algunos datos bastante interesantes:
el promedio de edad es de 34 años; la mayoría
es de Santiago, Concepción y la Región
de Valparaíso; las especialidades más
frecuentes son Medicina Interna,
Pediatría, Psiquiatría y Medicina
Familiar y el 85% de ellas se des-
empeña en el sistema público de
salud.
Respecto a las problemáticas
que han podido detectar, re-
latan que “nos han impactado
algunas situaciones realmen-
te abusivas, como mantener a
la embarazada en turno hasta
por 22 horas o hacerla trabajar
50 horas semanales”. Y agregan
que “hay mucho desconocimiento
de los derechos laborales y existe un
‘estigma cultural’ con la maternidad.
Muchas temen exigir sus derechos para
que no la miren mal o quedar como conflic-
tivas. Vemos que hay muchos vacíos legales, como
la hora de lactancia en turnos, los reemplazos en el prenatal,
lo que se traduce en que las realidades varían mucho entre
hospitales. En el sistema privado, muchas están contratadas a
honorarios, por lo que no tienen derechos relacionados con la
maternidad y la protección de la vida familiar. Falta una norma-
tiva actualizada y adecuada a la madre médica trabajadora”.
Las profesionales añaden que “hemos visto bastante violencia
psicológica y exigencias que van más allá de las capacidades fí-
sicas de la doctora embarazada. Hemos sufrido en carne propia
el estigma patriarcal, que se reproduce en nuestros espacios
de trabajo, donde te hacen sentir que por ser madre pierdes
capacidades como profesional. Vivimos estresadas, intentando