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VIDAMÉDICA / FalmedEduca
24 años de Falmed:
LA FÓRMULA
DEL FUNDADOR
El Dr. Kléber Monlezun Soto, creador de la Fundación de Asistencia Legal del Colegio Médico, es recordado por sus
colegas, familiares y amigos como un hombre sencillo, alegre y, sobre todo, visionario. Fue el responsable de sentar las
bases del modelo educativo y de prevención de la institución para reforzar la relación médico-paciente y así evitar que
el acto médico se judicialice.
Por Pedro Soto
E
s 8 de agosto de 1998. Todo está cuidadosamente
preparado para la inauguración de la nueva ofi-
cina de la Fundación. Pero la actividad se aplaza.
Producto de una complicación pulmonar, el Dr.
Kléber Monlezun Soto es trasladado a Clínica Alemana. Nunca
vería funcionar la oficina, pues fallece el 18 de agosto de ese año.
“La inauguración de la sede de Falmed coincidió con su hospi-
talización de la cual nunca se recuperó. Pero antes de perder
consciencia producto de un coma inducido en la UTI, dijo que
debía inaugurarse en la fecha prevista, aunque él no estuviera
presente. Esa sencillez vale más que mil palabras”, dice su hijo,
el abogado Kléber Monlezun Cunliffe.
Un gran humanista siempre pensando en el prójimo. Hincha acé-
rrimo del Colegio Médico. Así califican al Dr. Kléber Monlezun
Soto colegas, abogados y amigos que se cruzaron en su trayec-
toria política, social, gremial y médica. A ellos les trasmitió la
necesidad de crear una organización para promover la buena
praxis médica a través de la educación, empatía y buen trato
hacia el paciente; además de entregar una asesoría legal ho-
nesta frente a posibles eventos adversos, recuerda el Dr. Juan
Eurolo, presidente del Consejo Regional Valparaíso y estrecho
colaborador de Monlezun.
A inicios de los noventa, la reticencia y el desconocimiento
fueron sus mayores adversarios, pues en el Chile posdictadura,
la judicialización de la medicina era un concepto ausente en
tribunales y aulas. Tampoco había periodistas persiguiendo fa-
cultativos por una presunta mala praxis ni existía una industria
de negligencias médicas con abogados entregando tarjetas a
pacientes a la salida del box por si decidían demandar.
Era algo lejano, propio de otros países.
–Esto no sucede acá—, le respondían varios colegiados al
Dr. Monlezun.
–Nunca me va pasar—, sostenían otros.
“Yo era uno de los escépticos”, reconoce el diputado y expre-
sidente de Colmed y Falmed, Dr. Juan Luis Castro. El también
expresidente de la Orden y exdiputado Dr. Enrique Accorsi,
señala sonriendo: “Cuando se le metía una idea en la cabeza,
no paraba. Kléber era muy insistente”.
El fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson acuñó el concepto
«instante decisivo» que “permite sorprender la vida” al hacer
una toma. Congelar un momento que jamás se perpetuaría de
no presionar el obturador en la circunstancia y segundo ade-
cuados. El Dr. Monlezun oprimió el botón.
EL CASO BERAUD
Transcurre 1993. El Dr. Alfredo Elgueta, entonces jefe de Trauma-
tología del Hospital Militar, fue acusado de implantar una prótesis en
la cadera equivocada del exministro de la Corte Suprema, Lionel
Beraud. Luego de ser demandado por 80 millones de pesos de la
época, el Dr. Elgueta terminó pagando más de $40.000.000.
Ese hecho fue un argumento central del Dr. Monlezun para
convencer a sus colegas que la judicialización se instalaría en
Chile y que el fenómeno que podía afectar a cualquier facul-
tativo. También puso de manifiesto su sentido social y gremial,