Aniversario de la institución.
20 años al servicio de una vocación: Educar
Este año, el Instituto Victoria Ocampo festeja sus primeros 20 años de vida. A modo de homenaje al
esfuerzo, e compromiso y la vocación por la práctica educativa, en esta crónica reconstruimos parte
de la historia de nuestro colegio a partir de los recuerdos de su fundadora, Nélida Carruba.
P
odemos decir que esta
historia comienza, con
el sueño de una
persona que desde niña
empezaba a descubrir su
vocación. Admiraba a sus
maestras y la tarea docente;
deseando ser grande para
poder ocupar ese lugar.
El nombre de esta persona
es Nélida Carrubba, que
después de llevar muchos
años dedicada a la docencia,
fue motivada por una
directora
con
la
que
trabajaba a concursar por un
cargo directivo, ya que veía
en ella ciertas virtudes y
posibilidades de desarrollar
una tarea educativa más
ambiciosa. Se puede decir
que fue algo casual, porque
no se lo había propuesto
directamente
porque
le
gustaba desempeñarse en el
aula, pero terminó por
realizar y aprobar el curso.
Luego de esto comenzó a
desarrollar sus nuevas tareas
como directora en colegios
estatales, entre 1987 y 1993,
esta experiencia le hizo notar algunas problemáticas del sistema
educativo estatal que le daban la sensación de tener que
comenzar todos los años de cero. Esto era bastante desgastante,
por lo cual empezó a pensar en salir del ámbito estatal y pasar al
privado; pero ya pensando en fundar una nueva escuela, que
respondiera a las necesidades de la comunidad, a las
aspiraciones de cada familia y a los nuevos tiempos que se
anticipaban, en materia de educación.
El año 1993 fue un año de mucho pensar con su hermana
Graciela que era docente del nivel inicial y buscando convencer a
su marido, para conseguir los fondos necesarios para este
emprendimiento.
Se empezó con la compra de la casa de la calle Barceló, que
estaba muy deteriorada, pero que estaba dentro del presupuesto
y tenía la cantidad de metros necesarios para que la Dirección
General de escuelas la pueda habilitar como jardín. Luego de
esto se busco un arquitecto y empezó su remodelación en
octubre de 1993. Y en tiempo record se concluyó con la obra, ya
que el jardín de infantes quedó oficialmente inaugurado en el
mes de marzo de 1994. La inscripción de los alumnos se
realizaba en lo único que en principio estaba terminado, que era
la dirección, allí se les mostraba a los padres interesados los
uniformes, como iba a quedar terminada la obra y se les contaba
el proyecto educativo de la institución. Se comenzó
aproximadamente con 100 alumnos. Graciela quedó a cargo
como directora del jardín.
Como una cosa fue llevando a la otra, a fines del año 1994 ya en
la institución había alumnos de 5 años que tenían que empezar
primer grado y los padres que habían quedado contentos con su