El automóvil, un instrumento privilegiado
La Carretera
El coche individual es un factor esencial de la democratización del turismo y supone más del 80% de las corrientes de Europa occidental. Es por excelencia el medio de transporte familiar que ofrece la mayor flexibilidad facilitando las vacaciones itinerantes y la accesibilidad a todos los lugares, a diferencia del ferrocarril o del avión. Su éxito es tal que la adaptación de la red a los grandes flujos turísticos plantea numerosos problemas debido a la concentración de los desplazamientos en el espacio y en el tiempo.
El desarrollo del turismo ha sido un elemento importante en la construcción de grandes autopistas: la autopista del Sol y las autopistas blancas en Francia,
El eje Perthus-Alicante en España, Génova-Reggio en Calabria y Milán-Pescara en Italia.
La autovía Cádiz-Barcelona-París, o la de Lisboa-Madrid-Barcelona-París permiten a muchos pasajeros trasladarse a las principales capitales de Europa.
También ha contribuido a la apertura de nuevos túneles, como el Mont Blanc (1965) y el Saint Gothard (1980). El Túnel de Viella en 1957 significo la ruptura del aislamiento absoluto de España en el que vivía el Valle de Arán durante la mayor parte del año, abriéndolo al turismo de verano y de invierno.
El automóvil se benefició de progresos técnicos y contribuyeron al desarrollo del camping. Así al adaptar estos autos a las necesidades del turista ayudaron a transportar: bicicletas, planchas de surf o esquís y camping-car.
En el norte de América se dio a conocer las pequeñas residencias ambulantes en auto llamadas motor-homes.