Veridis Music Mayo 2013 Mayo 2013 | Page 49

El ritmo de la música

¿Alguna vez te has preguntado dónde reside el misterio de la música? ¿Qué parte de nuestro inconsciente activa una buena canción? ¿Por qué algunas canciones empujan a la gente a bailar compulsivamente o a dejarse llevar? La respuesta a esta pregunta la podemos encontrar en un concepto relacionado con el arte en general: el ritmo. Etimológicamente, la palabra deriva del griego 'rhythmos' y se refiere a "cualquier movimiento regular y recurrente", es decir, la cadencia. Lo lógico es asociar el término a la música, pero en el cine, la poesía y la danza también es la base de cualquier buena composición; no obstante, la 'rima' y el rimar son una evolución de esta palabra. Pero la clave no está en el ritmo, sino más bien en alcanzar la euritmia, que, según el diccionario, es la buena disposición y correspondencia de las diversas partes de una obra de arte. Literalmente: bueno -eu- ritmo -rhythmos-.

Hay teorías antropológicas que sugieren que el sentido del ritmo se desarrolló en las primeras etapas evolutivas de los homínidos y era fundamental por diversas razones: desde acompasar nuestros pasos con el movimiento del cuerpo, hasta comunicarnos y poder actuar en grupo reduciendo nuestra desventaja contra grandes depredadores. Una visión más práctica del ritmo, que más tarde empezó a utilizarse como una capacidad creativa para crear la música primitiva. Una virtud y una ventaja que ha sido clave para diferenciar al ser humano con respectos a otros animales y que nos ha permitido desarrollarnos como una sociedad artística. Como ejemplo se puede poner el Blues, que se convirtió en la base para el Jazz y proviene de las canciones de los esclavos negros que acompasaban su voz con los movimientos de su trabajo.

El ritmo es para la música como el esqueleto, la estructura sobre la que reposan todos los instrumentos y sonidos que componen una canción. Estas diversas fuentes de sonido se repiten en intervalos regulares o irregulares con una frecuencia determinada. Dependiendo de cómo se ordenen estos elementos o estas pulsaciones, la música transmite diferentes sensaciones al oyente. Para entenderlo gráficamente, la comparación más común es la del corazón humano, que también late al ritmo de unas pulsaciones determinadas,