Y así fue como también los medios generaron una de las más grandes farsas musicales de los ’90, la pelea entre Blur y Oasis, y la necesidad de “simpatizar” con solamente uno de ellos, como si se tratase del Real Madrid contra el Barcelona.
Partiendo desde el principio, las dos bandas no pueden compararse geográficamente. Sí, las dos vienen de Inglaterra, pero Oasis proviene de Manchester, que agrega una impronta más “obrera” a sus canciones, con un rock más directo, mientras que Blur viene de un ambiente más refinado y artístico como es Londres, y esto se traduce en canciones más hedonistas, con una crítica fuerte a la sociedad británica y sus costumbres. Lo que no quiere decir que pintemos a Oasis como un grupo de brutos mancunianos cavernícolas, sino que las sonoridades son diferentes. La inspiración que los gesta como banda es distinta: unos se juntan porque literalmente no tienen otra cosa para hacer que no sea trabajar en la fábrica, mientras que los otros tienen otras aspiraciones. Esto también se traduce en su lírica. Compararlos, en fin, es en vano.
Lo que sí tienen en común es la temporalidad. Los de Blur son un poco más viejos, con una carrera que se inicia en el ’88, mientras que la banda de los hermanos Gallagher data de 1991. Y aquí nos encontramos con una Inglaterra que todavía está experimentando los coletazos de la crisis de los ’80, con Margaret Thatcher, la dama de hierro, abandonando su cargo como primer ministro en el ’90, después de una década de ajustes y un descenso en la calidad de vida acompañado por un aumento en los impuestos.
experimentando los coletazos de la crisis de los ’80, con Margaret Thatcher, la dama de hierro, abandonando su cargo como primer ministro en el ’90, después de una década de ajustes y un descenso en la calidad de vida acompañado por un aumento en los impuestos. La juventud inglesa estaba en el mismo momento, al menos espiritualmente, que sus predecesores punk. Quizás es cuestionable el concepto sobre la carencia de futuro, pero ciertamente las cosas no estaban en una situación demasiado alentadora.
En este específico momento surgen estas dos bandas. Una tiene un acercamiento más hedonista, de aprovechar la vida mientras dura, pero al mismo tiempo, haciendo una fuerte crítica a las condiciones sociales que los rodean. Se trata de Blur, capitaneado por un muchacho con camiseta polo y su heraldo con anteojos de marco grueso. Por otro lado, tenemos a un grupo de jóvenes salidos de Manchester, Oasis, con un cantante más grande que la vida misma –que canta para vivir para siempre- y su hermano de perfil bajo, que, sospechamos, realmente está detrás de las mejores canciones. Liam siempre fue el más volátil, lo que no quiere decir que Noel estuviera a su lado. Y Albarn siempre supo cómo ser un muchacho lindo y pendenciero. Así, en 1995, los medios tuvieron suficiente material como para inaugurar la farsa de la “batalla del Britpop” que fue tapa de varios semanarios británicos y que se terminó colando en la memoria colectiva. ¿Pues te gusta Blur? Entonces no te puede gustar Oasis, están enemistados.
Enemistados en una batalla de Britpop, un género al que, creo, Oasis nunca perteneció. A fines de 1995, la NME publicaba una tapa que emulaba los grandes certámenes de boxeo, con las caras de Albarn y Gallagher como contrincantes. La pelea sería resuelta en las ventas de cada uno de sus discos, pero también se vio trasladada a la vida real con declaraciones de los cantantes que siguieron echando más leña al fuego.