Reportaje
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bandas no tengan la oportunidad de grabar y editar su música de la manera debida”, aclararon en su momento, para después regresar al servicio un año más tarde. Un jugador como Google podría ocupar un puesto interesante en la palestra porque se encuentra en un lugar diferente al que estaba Spotify en sus comienzos. Por un lado, es Google: sinónimo de innovación tecnológica, con una cantidad global de partners impresionante, y una herramienta que sin dudas los sellos ya están usando.
No solamente a través de los canales de
YouTube sino también a través de campañas de AdWords y posicionamiento web.Pero, en definitiva, lo que Google trae a la mesa es los usuarios. Con millones de personas que ya transformaron el nombre de la compañía en verbo, ya desde entrada parte con una base de usuarios y una serie de servicios interesantes para las personas con las que tienen que negociar. Además, llegarán con un presupuesto de base mucho más grande, una billetera capaz de complacer a los que no quieren perder esa veta de negocios. Por supuesto, sólo el tiempo dirá si es verdaderamente exitoso este servicio, cuando finalmente llegue a ser una realidad. Pero Google tiene todas las de ganar.
El streaming legal logra ponerse a mitad de camino y decir, para las discográficas, tenemos acuerdos que los pueden beneficiar, y para los usuarios, tenemos un desembolso de dinero que es como mucho moderado y que les permite tener acceso a buena música. Hablamos tanto de Spotify porque es uno de los referentes en lo que se refiere al streaming. Triunfó donde todos los demás habían fallado, pero su triunfo es agridulce. La compañía no genera todo el dinero que podríamos esperar, y tiene diferentes formas de monetizase, inclusive las cuentas Premium, pero gran parte de este dinero va a financiar los acuerdos millonarios con la industria. Una industria que, además, todavía no está completamente decidida a confiar sus catálogos a un servicio que ofrece opciones gratuitas para los usuarios.
Por dar un ejemplo, Century Media, uno de los sellos más importantes del heavy en el mundo, decidió remover todas las canciones de sus artistas de Spotify porque no consideraban que era el camino a seguir. “Es un modelo de negocio que afecta dramáticamente a la remuneración que obtienen los artistas y acelera la caída del mercado, lo que puede llegar a hacer que bandas no tengan la oportunidad de grabar y editar su música de la manera debida”, aclararon en su momento, para después regresar al servicio un año más tarde.
una realidad. Pero Google tiene todas las de ganar.
La comparación del streaming con la piratería, por otro lado, es algo que tiene que cesar. Gran parte de las canciones puestas a disposición en internet están allí gracias a los músicos que las crearon, o a los sellos (muchas veces independientes) que las subieron.
Pero volviendo a Google. ¿Cambiará en cierta forma la situación actual? Tiene más recursos monetarios que Spotify, pero al mismo tiempo, ya arranca asociado con un gigante como Universal que caracteriza al servicio como un embudo. Con esta información preliminar, no podemos confiar en que será algo demasiado abierto, al menos en un primer momento. Y menos para los artistas más pequeños, que usan internet como una forma más de difundir su material alrededor del mundo. La llegada de un servicio de streaming de Google, al menos de nuestro lado, será tomada con pinzas.