veredes, arquitectura y divulgación VADo1 Los Inicios | Page 30
VAD. 01 | Junio 2019 | ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198
Resultaría injusto, en todo caso, obviar los intentos —escasos pero nota-
bles— de algunos críticos y arquitectos por hacer llegar a la opinión públi-
ca otra visión de la arquitectura alejada de historicismos y más coherente
con los tiempos que se vivían. El espíritu de la generación de arquitectos
que comenzó su vida laboral en estos años —a la que Carlos Flores llama
generación del 25— chocaba de pleno con los planteamientos de público,
instituciones y, por qué no decirlo, la mayor parte de los arquitectos en
activo. Más allá de episodios como el del periódico El Sol, cuyos particula-
res presupuestos de partida lo convierten en una anomalía, la presencia
de esta generación del 25 es difícil de rastrear.
10 “El rincón de Goya”, Heraldo de
Aragón. 17 de abril de 1928. Refe-
rido en Revista Nueva Forma, nº 69
(1971).
Quizá el arquitecto más representativo, por lo que tiene además de pio-
nero, es Fernando García Mercadal. De García Mercadal se destacaba,
ante todo, su vocación internacional y sus contactos con las vanguardias
europeas, particularmente con Le Corbusier, quien con toda seguridad
era el arquitecto extranjero más conocido por el público general. En cual-
quier caso, del análisis de los artículos de prensa dedicados a su figura se
trasluce que el interés por este tipo de arquitectura venía motivado, sobre
todo, por las respuestas que proponía ante el “problema de la vivienda”.
Es bien conocida la fría acogida que tuvo su proyecto para el Rincón de
Goya —considerada la primera obra de inspiración racionalista construi-
da en nuestro país—. El día 17 de abril de 1928, el Heraldo de Aragón pu-
blicaba un artículo, que refiere la revista Nueva Forma en su nº 69, de 1971
y decía:
Es verdad que los arquitectos actuales se ven y se desean para
buscar un nuevo estilo, convencidos de que las imitaciones de los
antiguos ni se acomodan con la índole de los materiales moder-
nos, ni sirven para cubrir las necesidades presentes, ni sirven al
ideal de las nuevas generaciones. Por eso se lanzan ilusionados a
idear concepciones sin precedentes y así va germinando un arte
novísimo ante la estupefacción y asombro de los espectadores.
Pero en este caso no había ocasión ni lugar para tales inten-
tos. La pesadumbre y sequedad del edificio desentonará siem-
pre dentro de aquel lindo jardín florido y cerca del mausoleo de
Goya que tiene la gracia de un bibelot dieciochesco. Sólo cabe
la posibilidad de que el jardín crezca y se ensanche; de que los
árboles extiendan con los años la pompa magnífica de sus hojas
y que entonces oculten en parte el edificio, lo sombreen, rompan
sus líneas y dulcifiquen su perspectiva. Entonces, cuando se vea
menos lo construido tal vez cambie el aspecto de conjunto con
el misterio que siempre presta a las edificaciones la verdura que
las envuelven. 10
Sin embargo, con motivo de una exposición organizada en abril de 1929,
Antonio Méndez Casal le dedicaba al arquitecto unas páginas de su sec-
ción Letras, Artes, Ciencias en la revista Blanco y Negro.
Los problemas de arquitectura van interesando a toda clase de gentes,
aún a las que creen que solo rozan la parte material de vivir bajo techado.
(…) Ya se exige como punto de partida indiscutible un mínimo de condi-
ciones que antes de la gran guerra tal vez se las calificaría de excesiva-
mente ambiciosas.
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ALBERTO RUIZ COLMENAR. El Sol y La Gaceta Literaria. Los inicios del periodismo arquitectónico en España. pp.16-32