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VAD. 01 | Junio 2019 | ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198 Entre los arquitectos, el tono resulta algo más optimista, aunque es justo decir que pocos de los participantes son sospechosos de falta de afección a la arquitectura racionalista. Contestan Carlos Arniches y Martín Domín- guez, Andrés Calzada, José M. Rivas Eulate, Luis Lacasa, P. Aníbal Álvarez, Juan de Zabala, Casto Fernández-Shaw, J. F. Rafols, Amós Salvador, Ma- nuel Sánchez Arcas, Rafael Bergamín y el estudiante de arquitectura José María Argote. Las preguntas tampoco dejaban mucha opción a la disen- sión. Valga como muestra la primera de ellas: “¿Quién cree usted que están en lo cierto: Oud, Poelzig, le Corbu- sier, Taut, Dudok, Frank, Hoffmann, Mies van der Rohe... que se es- fuerzan en producir una nueva arquitectura de acuerdo con nues- tra época, ¿o nuestros arquitectos que cultivan “el estilo español”?” (Fig.7). Las respuestas muestran también los variados gustos y opiniones de ar- quitectos que disentían más de lo que a menudo hemos considerado en una equivocada visión uniformizadora del movimiento racionalista en Es- paña. Lacasa insistía en su rechazo frontal a Le Corbusier: “no es lo mismo Taut, racionalista, que Hoffmann, artista y que Le Corbusier, periodista y charlatán”, mientras que Fernández-Shaw aprovechaba la oportunidad para hacer algo de labor comercial incluyendo una selección de sus proyectos —que incluía una fotografía de la madrileña gasolinera Porto Pi—. Para cerrar este análisis es interesante volver a Arniches y Domínguez quienes, con su contestación a la encuesta definen claramente sus plan- teamientos arquitectónicos. A la pregunta: “¿en qué año calcula entrará España en el moderno movimiento arquitectónico europeo?” contestaban, con un tono cargado de ironía: “calculamos que el moderno movimiento arquitectónico europeo entrará en España el 30 de junio de 1935, a las 17:45 (hora de vera- no) por la frontera de Port Bou”, para añadir a continuación: “¿Qué entiendes por arquitectura racionalista? La que nosotros practicamos nos parece razonable; no sabemos si te parecerá ra- cionalista”. Figura 7. Encuesta sobre la nueva Arquitectura. La Gaceta Literaria. 15 de abril de 1928. Fuente: Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España. 28 Quizá la nueva arquitectura que pretendía calar entre los españoles ado- lecía a menudo de falta de esta condición de ‘razonable’ que defendían Arniches y Domínguez. En este punto, es notoria la poca aceptación de la que gozaban en España las corrientes artísticas provenientes del resto de Europa. Estas que, como sabemos, tuvieron una influencia decisiva a la hora de desarrollar la versión patria del movimiento moderno no tenían apenas hueco en la prensa y, por tanto, resultaba difícil su aprecio por el público no especializado, al que se puede imaginar profundamente im- pactado por la aparición, en medio del marasmo de hierros artísticos y barros vidriados sevillanos característicos de la arquitectura más castiza, de piezas como el pabellón alemán de la exposición de Barcelona. ALBERTO RUIZ COLMENAR. El Sol y La Gaceta Literaria. Los inicios del periodismo arquitectónico en España. pp.16-32