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VAD. 01 | Junio 2019 | ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198 No nos ocuparíamos tanto de Le Corbusier, que en sí no tiene ninguna importancia, sino porque dos circunstancias dan a su personalidad un relieve momentáneo: la primera, que Le Cor- busier es un activo representante de una teoría incorrecta; la segunda, que en España ha tenido cordial y extensa aceptación entre los intelectuales. Ambas circunstancias hacen que el caso Le Corbusier pueda te- ner para nosotros una importancia mayor que la que correspon- de a lo que es: una simple peripecia intelectual de la evolución arquitectónica. Este artículo contradice la impresión general de que las conferencias im- partidas por Le Corbusier en España durante esos años habían sido bien acogidas de forma unánime entre los arquitectos españoles. A lo largo del escrito, Lacasa desgrana las inconsistencias del discurso de Le Corbusier apelando a su falta de originalidad: “su triunfante ‘descubrimiento’ del standard (cuando ya la industria americana tenía voluminosos catálogos de productos ‘standariza- dos’)”, a su excesivo apego por el formalismo cubista: “sus realizaciones técnicas plásticas son difíciles de ver, porque los cubos alucinan como el mirar el sol y el no iniciado es muy difícil que distinga si se trata de una creación armoniosa o simplemente de cajones superpuestos” y, en definitiva a lo que Lacasa define como un “ideal reumático”: “ha ido incorporando elementos técnicos, siempre demasiado sim- ples, adornando sus poesías técnicas con imágenes científicas, sólo imágenes”. Finaliza desmontando algunos de los axiomas del arquitecto suizo “a la manera de Le Corbusier”: No siempre es económico tratar el muro como simple cerramien- to. En muchos casos, el muro como elemento sustentante, es la solución. Y en estos casos, la solución de una casa montada so- bre pies derechos, que evita el movimiento de tierras del terreno, no será racionalmente aplicable. La estructura entramada en la vivienda en casos muy particulares estará indicada. La ventana apaisada no da más luz que la alargada. En países como el nues- tro es un inconveniente la luz excesiva. La ventana apaisada es antieconómica. Si parecemos pretenciosos, perdón, pero no lo somos. Solo aspiramos a ser una célula sana y no reumática de la nueva arquitectura y al que solo busca la salud, no se le puede llamar pretencioso. 8 8 Lacasa, “Le Corbusier o Americo Vespucio”. 26 Carlos Arniches y Martín Domínguez concibieron su sección en El Sol como una ventana a través de la cual los españoles podían vislumbrar las posibilidades de esta nueva forma de concebir la arquitectura. Prueba de su compromiso es su participación en el más significativo ejemplo de relación entre prensa y arquitectura, que podemos encontrar en este pe- ríodo: la famosa “Encuesta sobre la nueva arquitectura”, promovida por Fernando García Mercadal y publicada por La Gaceta Literaria en abril de 1928 que se ha citado al comienzo del artículo. ALBERTO RUIZ COLMENAR. El Sol y La Gaceta Literaria. Los inicios del periodismo arquitectónico en España.pp.16-32