Si miras cualquiera de las cartas de
Pablo encontrarás ese mismo patrón.
El punto es que Pablo no pretendió
que sus cartas fueran tratados teológicos o redacciones científicas. Él estaba escribiendo cartas, como los
amigos se escribían los unos a los
otros.
Sin embargo, Dios tomó las cartas
muy humanas de Pablo y las redimió,
usándolas para hablar a los cristianos
de cualquier parte y de cualquier tiempo, incluyéndonos a nosotros hoy, sobre la misma clase de problemas y
crisis a los que ha hecho frente la
iglesia a lo largo de los siglos.
Escribió la mayoría de ellas para
tratar un problema inmediato que estaba ocurriendo en la iglesia en particular a la que se la escribió. Tampoco
tenía una bonita y silenciosa oficina o
estudio donde poder
sentarse y ponderar
y valorar cada palabra para decirlo todo
de la forma correcta.
A él le llegaron noticias sobre una crisis
en una de las Iglesias y escribió o dictó
una carta para tratar
de solucionarla.
Considera esto: De la misma forma que Dios puede tomar unas cartas normales pastorales y gloriosamente transformarlas para comunicar
las Buenas Noticias del evangelio, a
Cuando él escribía no estaba pensando en nosotros o
en nuestros problemas; estaba pensando en las personas
para las que estaba
escribiendo y en sus
problemas o preguntas inmediatas.
Él no estaba tratando de pasar a
la historia como un gran escritor de
teología, estaba escribiendo cartas
solo para ayudar a un grupo de personas que amaba y por las que se
preocupaba. Pablo nunca pensó que
algún día las personas mirarían a sus
epístolas como Sagradas Escrituras.
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la iglesia y al mundo, Dios puede tomar a personas normales como tú o
como yo y gloriosamente transformarlas para que puedan, en el poder
de Jesucristo y por medio del Espíritu
Santo, ser testimonios vivientes del
Señor que los ha salvado.
Verdad y Vida Octubre - Diciembre 2016
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