forma iba a hacer que esas cadenas se
rompieran también, aunque no sin cos-
to. En 1522, el sacerdote católico, Wi-
lliam Tyndale, en Inglaterra, puso en su
corazón traducir la Biblia al inglés direc-
tamente del griego pasando por alto la
versión católica latina, La Vulgata. En-
contrando una fuerte oposición huyó pa-
ra Alemania. Tyndale dijo al papa: "Si
Dios me hace merced de seguir vivo, de
aquí a no muchos años lograré que el
muchacho que guía el arado sepa más
de la Escritura que vos".
propio y original. Tuvo que exiliarse en
Italia cuando ni siquiera su hermano, a
la sazón secretario de Carlos V, podía
ya protegerlo de la Inquisición en Espa-
ña. Allí tradujo al español porciones de
la Biblia reuniendo a su alrededor a mu-
chos discípulos.
En 1551 la Inquisición española
prohibió la Biblia en la lengua común
por las mismas razones que en otros
países en Europa, porque podría debili-
tar la unidad de los reinos y el poder de
Roma. En 1575 incluso Teresa de Ávila
Su versión de la Biblia fue condena-
da por el obispo Tunstall diciendo que
tenía dos mil errores. Sin embargo, lo
que quiso demostrar era la diferencia
clásica entre las bíblias latinas y las
griegas, y la importancia vital de traducir
del original griego, en lugar de ir del
griego al latín, y del latín al inglés. El 6
de octubre de 1536 Tyndale fue estran-
gulado, quemado, y su cuerpo despe-
dazado por la pólvora. Sus últimas pa-
labras fueron: "Señor abre los ojos del
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rey de Inglaterra" . Una década antes
habían quemado su traducción. Ahora
lo habían hecho con el traductor.
Él, junto con Lutero, y los demás re-
formadores, en diferentes países, abrie-
ron las compuertas para que la Palabra
de Dios empezara a fluir traducida en
las lenguas que hablaba y entendía el
común de los mortales.
Casiodoro de Reina
fue interrogada, molestada, amenazada
y estuvo a punto de ir a prisión perse-
guida por la Inquisición, según nos refie-
ren los escritos del padre Gracián.
Juan de Valdés fue una de las figu-
ras más originales del protestantismo
español. Desarrolló sus tesis reformistas
al margen de los grandes reformadores
protestantes Martin Lutero y Juan Calvi-
no. Aunque coincidió con ellos en la te-
sis fundamental de la justificación por la
fe sola, su análisis del texto bíblico es En 1520 nace Casiodoro de Reina
en Montemolín (Badajoz). Siendo monje
jerónimo observante conoció las doctri-
nas evangélicas en su propio monaste-
rio, el Monasterio de San Isidoro del
Campo en Santiponce, Sevilla. Entre los
monjes, crece la sospecha de que la In-
quisición sigue muy de cerca sus activi-
dades. Pese al riesgo, doce monjes to-
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