J sufriendo crucifixi- ón , la máxima humillación tanto ante los ojos de los judíos como de los romanos . Para los judíos , Deuteronomio 21:23 afirma que todo el que es colgado en un madero está bajo la maldición de Dios . Para los romanos , la crucifixión era la muerte de los esclavos y los rebeldes .
En consecuencia , Jesús es mencionado apenas en la historia secular de su tiempo . Alrededor del año 116 d . C ., por ejemplo , el historiador romano , Cornelio Tácito mencionó a Jesús en el libro 15 de sus Anales , en un comentario sobre el origen de los cristianos : “… Cristus , de quien se originó su nombre , sufrió el castigo máximo durante el reinado de Tiberio a las manos de uno de nuestros procuradores , Poncio Pilato …”
Hay solo alrededor de media docena de tales referencias históricas de Jesús . Fue apenas un punto en la pantalla del radar de los historiadores seculares . Pero creer en Jesús no está enraizado en documentos históricos , sino en la experiencia interior del Cristo resucitado .
Los creyentes actuales nunca han visto a Jesús , pero sus corazones han revivido con amor por él . Cristo dijo : “… dichosos los que no han visto y sin
desde el primer siglo . Son dichosos no por causa de la lógica , ni de argumentos a priori , o por pruebas incontrovertibles , sino por el resplandor de eternidad que Dios ha incendiado en sus corazones .
El apóstol Pablo lo afirmó así : “ Pero Dios , que es rico en misericordia , por su gran amor por nosotros , nos dio vida con Cristo , aun cuando estábamos muertos en pecados . ¡ Por gracia habéis sido salvados ! Y en unión con Cristo Jesús , Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales … Porque por gracia habéis sido salvados mediante la fe ; esto no procede de vosotros , sino que es el regalo de Dios , no por obras , para que nadie se jacte . Porque somos hechura de Dios , creados en Cristo Jesús para buenas obras , las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica ” ( Efesios 2:4-10 ).
Creemos en la resurrección y ascensión de Cristo no porque estábamos allí , ni porque alguien nos convenció de ella , sino porque hemos venido a conocer al Cristo resucitado a través de nuestra propia experiencia interior . Hemos llegado a creer no porque vimos a Dios , sino porque hemos experimentado su presencia real en nuestros corazones y mentes .
4 Verdad y Vida Marzo – Abril 2017 www . comuniondelagracia . es