Verdad y Vida Marzo/Abril 2017 | Page 18

secuencias de nuestros pecados y las sufrió en su carne para vencerlas y transformarlas en nuestro lugar.
Pero es errado presentar al Padre como forzando al Hijo a hacer lo que él no quería hacer, lo que presentaría a Dios teniendo más de una voluntad siendo un solo ser, y opuestas entre la del Padre y la del Hijo. En las Escrituras leemos que el Verbo, la Palabra, el Siervo de Dios dice que viene para hacer la voluntad del Padre, libre y voluntariamente:“ Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, como en el rollo del libro está escrito de mí”( Hebreos 10:7).
También es errado presentar al Hijo como manipulando, aplacando y convenciendo al Padre para que cambiara su idea de condenar a la humanidad; presentando de nuevo a Dios con una mente dividida. Presentar la ira del Padre siendo contrapuesta al amor de Cristo. Este error da una idea de Dios como si su carácter y propósito estuviera divido y en oposición. Pero la Palabra de Dios es clara al presentar el amor del Padre y del Hijo por el mundo:“ Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida
Igualmente es errado presentar la expiación conforme a modelos humanos de retribución o venganza, que están enraizados en la violencia que tiende a parecer más abuso que gracia. Presentar al pecador como el objeto de la ira de Dios, en lugar de ser el pecado del pecador. Este error ignora la verdad bíblica de que el propósito de Dios es separar al pecador del pecado, para que el pecado pueda ser exterminado y el pecador redimido.
Ya los profetas anunciaron esto para la era mesiánica en la que estamos:“ El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados”( Miqueas 7:19).“ Este es el pacto que haré con ellos: Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones”( Hebreos 10:16-17).
Otro error es presentar a Dios como estando absolutamente separado de los pecadores, ignorando que Dios habitó entre Israel y sobre todo toda la realidad de la Encarnación, que tuvo como fin consumar la forma más profunda de relación, Dios morando, no solo con su
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