E DITORIAL
El ateísmo militante
por Joseph Tkach
E
n los últimos
años estamos
viendo una in-
fluencia crecien-
te de escritores y cien-
tíficos que predican vigorosamente el
ateísmo. No solo expresan sus dudas
personales sobre la existencia de Dios,
sino que hacen campaña con un fervor
casi evangélico en contra de la misma
idea de Dios y de la religión.
Estos ateístas tienen niveles altísi-
mos de educación y la mayoría de las
personas no saben como desarmar fá-
cilmente sus argumentos, incluso cuan-
do los mismos han sido derrotados
hace mucho tiempo. Es difícil refutar ló-
gicamente argumentos con los que no
estás familiarizado. Muchos cristianos
ven este movimiento como una amena-
za. Nosotros, los que creemos en Dios,
sentimos que, de alguna forma, debe-
mos de ganar este argumento y demos-
trar que Dios existe, porque de otra for-
ma el planteamiento de los ateístas
habrá ganado.
Pero no, no lo han hecho. Aunque
no tengo ninguna duda obre la existen-
cia de Dios, también he aprendido que
es imposible demostrársela a alguien
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Verdad y Vida Julio – Septiembre 2017
que está determinado a no creer.
En el mundo y en el cosmos hay
evidencia amplia que muestra la exis-
tencia de un Creador. Como dice el
Salmo: “Los cielos cuentan la gloria de
Dios, el firmamento proclama la obra
de sus manos” (Salmos 19:1) . Y el
apóstol Pablo escribió a la iglesia en
Roma: “…las cualidades invisibles de
Dios, es decir, su eterno poder y su na-
turaleza divina, se perciben claramente
a través de lo que él creó...” (Romanos
1:20) .
Estas escrituras se usan a menudo
para demostrar la existencia de Dios,
pero no es eso lo que están diciendo.
Las maravillas de la creación proveen
una evidencia impresionante para
aquellos que creen, pero no son una
prueba absoluta para aquellos que no
lo hacen. Un ateo convencido siempre
puede encontrar un agujero en un ar-
gumento, o un ladrillo que no encaja en
la prueba. Tomás de Aquino, uno de los
pensadores más grandes de la historia
de la iglesia, lo expresó bien cuando
escribió: “Para el que tiene fe ninguna
explicación es necesaria. Para alguien
sin fe, ninguna explicación es posible”.
El problema es que no puedes de-
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