nosotros y a nuestro universo con infini-
to cuidado. Él puso el mismo cuidado
con cada hoja de hierba como con la
galaxia más grande en el espacio exte-
rior. Al final del proceso de creación dijo
que “era bueno”, y los seres humanos
fueron creados como el culmen de todo.
La frase asombrosa es que Dios nos
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hizo en realidad “a su propia imagen” .
Se nos dice que tiene grandes planes
para la humanidad.
Sin embargo la escritura no es nada
si no es realista. Tan pronto se nos in-
forma de la creación de la humanidad
como de su caída. Desde el principio
nos hemos echado a perder por la locu-
ra suprema de jugar a ser Dios. La ten-
tación de la serpiente fue: “Seréis como
Dios” 3 . La humanidad cayó por ello al
amanecer de la historia. Y todavía lo
seguimos haciendo. El resultado fue, y
es, desastroso. Solo tenemos que mirar
en los medios de comunicación para ver
el desastre. De hecho, solo tenemos
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Verdad y Vida Julio – Septiembre 2017
que mirar en nuestros propios corazo-
nes.
A pesar de todo el cristianismo nos
trae buenas noticias. El Dios que crea
puede también recrear. El evangelio
cristiano nos dice que cuanto más nos
acercamos a Jesús, más nos acerca-
mos a nuestra propia recreación. Fue
por este propósito que Cristo vino al
mundo, vivió, murió, se levantó de nue-
vo y está a nuestro alcance ahora. En
palabras de la Epístola a los Efesios,
capítulo 4, versículo 24, en Cristo so-
mos capaces
de experimen-
tar “una nueva
clase de natu-
raleza huma-
na”. O citando
el resonante
mensaje del
apóstol Pablo
en 2 Corintios
5:17: “Por lo
tanto, si alguno
está en Cristo,
es una nueva
creación. ¡Lo
viejo ha pasa-
do, ha llegado
ya lo nuevo!”.
A largo de gran parte de mi ministe-
rio una de mis preocupaciones principa-
les ha sido explorar el concepto de la
sanación cristiana. He visto suceder co-
sas extraordinarias en el aspecto físico
y, en ocasiones, he observado incluso
en condiciones supuestamente incura-
bles, respuestas a la influencia sanado-
ra de Jesús. También he sido testigo de
curaciones de naturaleza mental. Pero
en mi opinión la sanación más extraor-
dinaria es aquella que toma lugar en la
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