EDITORIAL
Si Dios escuchó sus
oraciones…
por Joseph Tkach
E
lías era un hombre con debilidades como
las nuestras”,
se nos dice en Santiago 5:17-18. “Con
fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio.
Volvió a orar, y el cielo dio su lluvia y la
tierra produjo sus frutos”.
Para la inmensa mayoría de las personas puede que sea un poco difícil
creer que Elías fuera solo un hombre
como lo somos nosotros, o que Dios
escuchará nuestras oraciones con tanta
disposición y atención como lo hizo con
las de él. Después de todo, Elías fue
uno de los profetas más renombrados
de la antigüedad e instrumento por medio del cual Dios realizó algunos de los
milagros ¡más grandes y mejor conocidos de toda la Biblia!
Elías pidió a Dios que hiciera bajar
fuego del cielo y bajó: “Si soy hombre
de Dios, replicó Elías, ¡que caiga fuego
del cielo y te consuma junto con tus cincuenta soldados! Al instante cayó fuego
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Verdad y Vida
del cielo, y consumió al oficial y a sus
soldados… Si soy hombre de Dios, repuso Elías, ¡que caiga fuego del cielo y
te consuma junto con tus cincuenta soldados! Una vez más, fuego de Dios cayó del cielo y consumió al oficial y a sus
soldados” (2 Reyes 1:10, 12).
Fue milagrosamente alimentado por
cuervos: “Entonces la palabra del SEÑOR vino a Elías y le dio este mensaje:
‘Sal de aquí hacia el oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, al este del
Jordán. Beberás agua del arroyo, y yo
les ordenaré a los cuervos que te den
de comer allí’. Así que Elías se fue al
arroyo de Querit, al este del Jordán, y
allí permaneció, conforme a la palabra
del SEÑOR. Por la mañana y por la tarde los cuervos le llevaban pan y carne,
y bebía agua del arroyo” (1 Reyes 17:2-6).
Fue instrumento para que Dios multiplicara el aceite y la harina de la viuda
de Sarepta: “Porque así dice el SEÑOR,
Dios de Israel: ‘No se agotará la harina
de la tinaja ni se acabará el aceite del
jarro, hasta el día en que el SEÑOR
haga llover sobre la tierra’. Ella fue e
Julio - Septiembre 2016
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