ción y nunca la olvidaré”.
A lo largo de la semana fuimos testigos de como atletas de diferentes países
se animaban y ayudaban los unos a los
otros. Una bonita chica africana representó a su país en los 400 metros de natación en estilo libre. Inmediatamente
que se sumergió fue obvio que no era
una nadadora veloz. De hecho, terminó
su carrera casi dos minutos después de
haberlo hecho todas las demás. Pero
cuando terminó, todo el estadio, incluyendo todos los atletas, saltaron, aplaudieron y animaron su gran esfuerzo. No
tuvo vergüenza o sentido de fracaso, solo la alegría de terminar bien.
Viendo a estos atletas especiales nos
sorprendió el hecho de que no había
perdedores. Cada atleta, sin importar la
dificultad de la prueba, llegó a la meta sin
importar en que lugar lo hacía. Lo que
más importaba era que estaban en los
Olímpicos Especiales, haciendo amigos,
ayudando y animando a sus compañeros de equipo y terminando bien. En un
verdadero sentido, aquellos atletas ganaron cuando cruzaron la línea de salida.
Por supuesto, es importante recordar
que los olímpicos especiales tienes necesidades especiales. Todos tienen alguna discapacidad intelectual y quizás física, así que hay una gran contingencia
de entrenadores y otros profesionales a
su lado, listos para solucionar cualquier
dificultad. Saben que estos atletas especiales son vulnerables y nunca dejan de
mirarlos, atentos a cualquier señal de
preocupación o solicitud de ayuda. Puede ser una tarea exigente, pero como un
entrenador estadounidense dijo: “He estado trabajando con los olímpicos especiales durante quince años y me ha
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cambiado. Después de estos Olímpicos
Especiales nunca seré el mismo. Esta es
una profunda experiencia. Para mí significa y me hace lo que la iglesia significa y
hace para otros”.
Los entrenadores y los padres de
olímpicos especiales te dirán: “Hay días
en los que piensas: ‘Oye, ¿quién es el
que está en realidad intelectualmente
discapacitado aquí, yo o ellos?”.
Comentarios como este nos hacen
reflexionar en el hecho de que a nivel
humano, algunas personas pueden catalogarse como discapacitadas física o intelectualmente, pero su corazón puede
ser mucho más grande que el de muchos de los que están “capacitados”. Y
en lo que respecta a los corazones, el
hecho es que todos estamos discapacitados espiritualmente.
Pero Dios se ha encargado de eso.
Hace cerca de dos mil años, Dios el Hijo,
o la Palabra, se convirtió en el ser humano, Jesús (Juan 1:1, 14), para sanarnos
espiritualmente. A los ojos de Dios, no se
trata de lo que nosotros logramos, sino
de lo que Jesús, nuestro Entrenador Líder, ha hecho de nosotros. En él somos
ganadores desde el “¡ya!” de salida. Ser
una parte del equipo de Dios para traer
verdaderamente Un Mundo, Un Sueño.
East Gates International
Ned y Christina Graham tienen un ministerio llamado
Puertas Orientales Internacional, una organización sin
ánimo de lucro que, durante
veinte años, ha dedicado su tiempo y sus recursos a asistir y equipar el cuerpo de Cristo
en China, a través de la distribución legal de
biblias, levantando iglesias, preparando y discipulando a pastores y líderes cristianos, tareas de ayuda y muchos otros servicios. Visita
su página web: www.eastgates.org
Verdad y Vida Julio – Septiembre 2016
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