Medellín l Mayo - 2017
Vení pa’ acá l #1
Humanizar la universidad
Aunque privada, segmentada en cierto rango de edad y perteneciente a “la
parte buena” de la ciudad; los senderos y aulas de la Universidad Pontificia
Bolivariana no difieren mucho del resto de la ciudad en cuanto a socializa-
ción y el término de “ser humano” que está cambiando veloz y drásticamen-
te, ya sea por las nuevas tecnologías o por un distanciamiento, al parecer im-
parable, que se hace cada vez más presente; hecho paradójico que contrasta
con las realidades de ausencia en los puntos de socialización y ferias “mul-
titudinarias” enfocadas en la participación y el encuentro de unos y otros.
Cada vez crece más la sensación de haber “perdido el día” por aquellos estudiantes
que participan de las ferias estudiantiles y los diferentes productos que allí se en-
señan, sean o no desarrollados dentro de las aulas de clase; con justa razón, pues
los espacios ya no se llenan y los estudiantes no abandonan los “puestos de estudio”
que tampoco son usados para su destino, eso sí, son el oasis en el desierto bolivariano.
Es el Bulevar del estudiante el foco central del encuentro humano dentro del
campus, hay estudiantes a lo largo de toda la jornada, hay risas, globos de colores,
música, juegos de mesa, alumnos de distintas facultades y encuentros con los docen-
tes; hay espectáculos de vez en cuando, hay microempresas, hay una pantalla gigante
para ver en comunidad y hay investigaciones silenciosas. ¿Es ampliar el bulevar, la
solución? ¿Es invitar a todos a un mismo este espacio a que estén juntos, una buena idea?
Aunque hayan mil maravillas y demostraciones de relaciones humanas, mirándolo
bien, siguen existiendo distancias; muy difícilmente hay grupos de estudiantes de
distintas facultades y mucho menos de otras escuelas, es bastante marcada la
diferencia entre un grupo de personas y otro aunque sean de, incluso, el mismo
semestre y compartan aulas más de una vez a lo largo del periodo estudiantil.
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