11 Noviembre, 1990
Hoy marca un año de cuando nos vimos por primera vez después de más de 20 años. Recuerdo perfectamente el instante en que cruzamos miradas. No nos costó más de tres segundos reconocernos y aún entre ruinas y multitudes de gente, el mundo dejó de existir. Nadie hablaba, nadie existía, solamente tú.
Hablamos por horas y horas, poniéndonos al día sobre lo que parecía una vida completa. Sigo sorprendida, de lo que Eldwin fue capaz. Hacerme creer que estabas muerto, hacerte creer que dejé de ir, de preguntar por ti y quedarse todas tus cartas. Todo mi ser quiere odiarlo, pero he aprendido que perdonar te ayuda más a olvidar.
Junto con esta carta te entrego todas aquellas que escribí pero no envié. Necesito dejar ir el pasado para continuar a construir nuestro presente y nuestro futuro. Nuestra hija es la mayor señal de esto. Quema esto después de leerlo y alcánzame en nuestro lugar secreto. Es tiempo de que regresemos.
Te extraño siempre, Matilda