Vecindad # 6 | Page 10

vecindad Recuerdo y muero Estratagema urbano La estremecida retina no fue capaz de impedir derramar la sal pulverizar la “magdalena” en los labios como si la vida estuviera concentrada en aquel ineluctable sabor de nostalgia que vela su entierro. Recuerdos que miran como si fueran adornos que habitan el espacio de risas enmarcadas en las paredes de voces que descansan sobre el sillón vacío. Fragmentos desparramados de seres de sidos como piezas de puzzle imaginario Finitudes de gente jugando el mismo juego versos de calles colgados en los percheros sombras que esperan encontrarse en el espejo para conocerse y ya no derramar más tinta sobre la túnica de la muerte. Soy la desilusión, la injuria y una sonrisa. La palabra siempre espontánea sale de esta mi boca y luego… a distancia prudente me observa con miedo, con interrogación sin exclamación; sólo me mira. Ella no sabe que los oídos son en realidad agujeros donde se esconde la verdad por miedo a ser exteriorizada. Ni siquiera sabe que mi boca es la fosa abierta que emana la pútrida esencia humana. Y ella -la palabra- se queda allí esperando el agujero que la guarde por un tiempo etéreo. Naira Miranda Cali, Colombia Iván Cóccaro Angélica Vanessa Montevideo, Uruguay El funesto fin del bufón Entró pues, el bufón a la corte y con algunas palabras intentó hacer reír al rey quien lo miró despectivamente. En vano lo intentó por segunda vez y el rey, haciéndole una señal al verdugo, autorizó que se lo llevaran. Camino a la guillotina, el bufón reflexionó sobre su profesión y los años de entrega a este hostil oficio. El verdugo le introdujo la cabeza en el artefacto y mientras la guillotina caía, el bufón decidió llorar con tranquilidad después de veinte años de risa. La cabeza rodó, la función había terminado y sonriendo inútilmente aceptó como todos los presentes que la razón había muerto. 10 Abigail Bécquer Cali, Colombia