El Director permitió entonces la caminata por el pueblo,
acompañada por una enfermera.
Para Penélope, volver a caminar luego de siete años, por las calles
del pueblo donde había crecido, le provocó una gran alegría y
fascinación. Todos los días a las tres de la tarde en punto ganaba la calle.
Era otra tarde, tranquila como todas hasta que se cruzó con sus
padres y hermana, cerca del río.
El momento fue muy tenso y estremecedor. Se quedaron inmóviles
y no dejaron de observarse fríamente a los ojos.
Fue entonces que la joven sacó un cuchillo de entre sus ropas y se
lo clavó en el pecho a su hermana. Luego mató a la enfermera con otra
certera cuchillada.
Fue entonces que el padre y la madre arrastraron los cuerpos de
las mujeres muertas hasta el borde del río y allí las dejaron para que la
corriente los llevase.
Mientras tanto, la joven observaba todo, sonriente y con las manos
cubiertas de sangre.
Los padres se le acercaron.
-¿Seguimos caminando?
-Si Florencia -respondieron ambos.
Y se perdieron en el bosque para disfrutar de aquella magnifica
tarde.
Ricardo Mazzoccone (Buenos Aires, Argentina)
http://ricardomazzoccone.blogspot.com
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