En la época de principios del siglo pasado, cumplido
el Centenario y hasta el fin de la Primera Guerra
Mundial, la Cia. Sudamericana de Vapores tenía en
Valdivia y a su disposición cinco barcos de cabotaje
menor, que hacían el servicio hacia destinos
cercanos, como el río Imperial y el Río Bueno.
Muchos de estos barcos se perdieron al incursionar
por las barras de estos ríos o bien dejaron de prestar
servicios cuando Trumao, junto al Río Bueno, y
Carahue, en el Imperial, tuvieron acceso por
ferrocarril. Recordamos el nombre de otros barcos,
como el “Malleco”, el “Tomé” y el “Tirúa” que
permanecieron por muchos años en nuestra zona.
Partían de aquí con productos locales y traían carga,
especialmente azúcar, desde Penco. También se
recuerdan las maniobras de atraque y embarque del
vapor “Carahue”, que hacía el trayecto hacia Puerto
Saavedra, trayendo harina desde el molino Valck de
Carahue.
El desarrollo alcanzado por los constructores de
barcos de la época, como don Esteban Schuller, por
allá en 1914, con orgullo entrega barcos construidos
íntegramente en esta ciudad, incluyendo la fabricación de
calderas y máquinas de vapor, existiendo una tradición que se
mantuvo por muchos años.
Bernardo Hantelmann Zander
1900-1981
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