Vaccea Anuario 2012 Sep. 2013 | Page 7

La campaña de excavación 2012 se desarrolló durante los meses de junio a agosto íntegramente en la necrópolis de Las Ruedas, de manera que por más que se tuviera intención de extender los trabajos de campo al presunto santuario situado frente al cementerio, en la orilla contraria del arroyo de La Vega, finalmente no fue posible abrir esta nueva zona. Una de las razones que demoraron los trabajos en el camposanto fue la mayor dificultad existente para exhumar la tierra en una zona extrema del mismo, coincidente con la orilla de inundación izquierda del paleocauce del arroyo de La Vega. En efecto, a diferencia de otros tramos más occidentales y alejados del curso fluvial donde el sustrato litológico es de arenas y gravas, de fácil excavación y procesamiento, en la mayor parte de los sectores intervenidos nos encontramos con un nivel muy homogéneo, cercano al metro de espesor, de coloración oscura y muy compacto, que una vez seco alcanza una gran dureza. Así pues, para su correcta excavación se hizo necesario inundar reiteradamente las catas de excavación y esperar a su posterior oreado. Ocho son las tumbas obtenidas, la mayoría insertas en dicho nivel de inundación del paleocauce. Aunque ahora nos referiremos a ellas, la documentación de un límite del cementerio por su extremo oriental es sin duda uno de los resultados más interesantes alcanzados en los trabajos de este año. Esta circunstancia nos permite comprobar cómo el arroyo de La Vega ha ido modificando el trazado de su cauce a lo largo del tiempo. Sabemos que el actual es fruto de su canalización rectilínea para adaptarse a la Concentración Parcelaria realizada en Padilla de Duero en 1984. El ahora descubierto en las excavaciones es el existente hace dos mil años. Este paleocauce se sitúa a veinte metros del actual trazado, pero si observamos la silueta del arroyo en la fotografía del vuelo americano de 1956, esto es, antes de su conversión en canal, y superponemos el contemporáneo, a través de una imagen de SIGPAC, comprobamos que la distancia en este punto preciso era aún mayor, ya que el arroyo discurría otros veinte metros más hacia el este antes de la Concentración. Es decir, en los últi- Trazados del siglo I a.C. (1), 1984 (2) y 1956 (3) del arroyo de La Vega a su paso por la necrópolis de Las Ruedas. El arroyo de La Vega a escasos metros de su desembocadura en el Duero, con sus característicos meandros. 6 7