Cauca. Fragmento cerámico con posible caballo pintado.
Palencia. Brazalete de extremos rematados en cabeza
de caballo del Tesoro 2.
Cauca. Fragmento cerámico con
cabeza de caballo pintada en
negro y blanco.
veneración religiosa y protagonista en
diversos rituales. Su cercanía a Lug, divinidad pancéltica de carácter solar, así
como a Epona, diosa protectora de los
difuntos en cuyas imágenes la vemos
asociada al caballo por entender que
éste los transportaba en su viaje al Más
Allá, indican ese carácter semidivino
que poseía.
Los autores clásicos que narran
la conquista del territorio vacceo suelen
referir cómo en sus ciudades existían
importantes contingentes de caballería, los cuales siempre formaban parte del lote de “bienes y servicios” que
los generales romanos reclaman a las
poblaciones indígenas en los acuerdos
de paz —o para evitar la agresión—, y
con la intención de incorporarlos a sus
ejércitos como tropas auxiliares. Los
guerreros ecuestres, como grupo más
prestigioso de la iuuentus uaccaeorum
en sus respectivas ciudades, debieron
Necrópolis de Eras del Bosque (Palencia). Aplique
de cabeza de toro modelada en barro.
de estar envueltos en una atmósfera de
heroicidad a los ojos del conjunto social. Pero tan admirado sería el guerrero como el caballo que montaba. Esto
es lo que, en gran medida, explica que
tanto entre ellos, como entre la mayor
parte de los pueblos prerromanos, la
imagen del caballo sea la que con mayor frecuencia encontramos y, además,
en los más variados soportes. Así, nos
consta en Rauda, Tariego de Cerrato,
la necrópolis de Palenzuela, el tesoro 2
de Palencia, Paredes de Nava, La Morterona, Tiedra, Septimanca, Pintia y su
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Simpulum de bronce
con el mango rematado en cabeza de
bóvido.
necrópolis de Las Ruedas, Cauca y su
barrio de Cuesta del Mercado, el cerro
de Tormejón y, con dudas, en algún yacimiento más. Las más de las veces se trata de figuras equinas modeladas en barro, a veces completas y otras sólo sus
cabezas o prótomos (morillos, simpula,
cajitas, etc.), pero también el caballo lo
encontramos pintado en vasos cerámicos, fundidos en bronce o piezas de joyería, como objetos de adorno personal
o apliques también broncíneos y hasta
decorando el mango de un cuchillo en
Paredes de Nava. A todo este repertorio
habría que añadir, aunque casi con total
seguridad sean objetos importados del
ámbito celtibérico, las fíbulas de caballito que, sin duda, lucieron en sus ropajes
muchos de los equites vacceos.
Cauca. Figura de caballo modelada en barro.