Vaccea Anuario 2012 Sep. 2013 | Page 47

arqueológico de Pintia. La producción videográfica del Centro de Estudios Vacceos ha aumentado: Programa Doceo. Aprendiendo Arqueología en Pintia (2008), Vaccearte. Arte Contemporáneo de Inspiración Vaccea (2011), El vino y el banquete en la Ribera del Duero durante la Protohistoria (2011), Pintia, Región Vaccea (2012) y Archaeology at Pintia (2012). Hasta que llegamos al vídeo objeto del presente artículo, Zona Arqueológica Pintia. La memoria no escrita, realizado durante el verano de 2012. Las numerosas visitas realizadas al Centro de Estudios Vacceos y a la Zona Arqueológica Pintia y el contacto con la gente que trabaja aquí o colabora con el Proyecto Pintia han cambiado mi forma de ver el yacimiento. Ha pasado de ser un objeto de trabajo a una afición/pasión. He pasado de “trabajar para”, a “colaborar con”. Desde el primer momento he visto claras dos ideas en el Proyecto Pintia, expresadas en el editorial del primer Vaccea Anuario: “La ‘transferencia de tecnología’ en las Humanidades debería expresarse en el traslado del conocimiento y del estado de la investigación a la sociedad a través de la promoción de exposiciones, conferencias, libros, medios audiovisuales y cuantos otros recursos se consideren oportunos o necesarios. Pero ello requiere […] visualizar desde el origen de nuestro trabajo que el resultado último de la investigación no termina en la publicación de un buen libro o artículo de revista, sino que alcanza también a la sociedad en su conjunto”. Difusión de la investigación arqueológica y conexión de la misma con la sociedad, ideas que hemos tratado de cumplirlas al realizar el vídeo Zona Arqueológica Pintia. La memoria no escrita. La difusión de la investigación arqueológica Tradicionalmente la difusión de los conocimientos arqueológicos se ha realizado a través de libros y revistas especializadas. Sesudos tratados escritos en una jerga propia, destinados a la lectura de gente especialista. En el mejor Clara Valdezate (y Cayo Rodríguez). En la escuela me enseñaron a decir que ésta era la ciudad de Las Quintanas, que fue incendiada en el año 716 por el caudillo árabe Abd-Al-Aziz, hijo de Muza. Mi padre, que tenemos allá en los lavaderos una tierra, en la ribera, me llevaba algún cacharrito, uno decente y otro roto, y decía: Tiene que haber aquí una tejera, por los cacharritos que salían. de los casos, se ha tratado de llegar al público a través de exposiciones realizadas en museos, o conferencias. Fuera de los canales estrictamente científicos la divulgación arqueológica ha sido mínima. El conocimiento arqueológico que la mayor parte de la población ha tenido viene de la mano del cine y la televisión. Indiana Jones es el prototipo de arqueólogo, más aventurero que científico, que la gente conoce. O películas como Los Picapiedra y otras destinadas al público infantil, que perpetúan la idea de la existencia coetánea de humanos y dinosaurios, lo que da idea del nivel del conocimiento histórico. La presencia de la Arqueología en televisión, principal medio de aculturación en España, es mínima. Quizá algún documental en La 2 y, por supuesto, las noticias sobre Atapuerca. Frente a este panorama, han de ser los arqueólogos quienes, además de excavar, divulguen sus investigaciones y hallazgos. Esta difusión debe realizarse de forma que llegue a la sociedad en general, teniendo en cuenta los distintos niveles de conocimiento e interés de las personas, sin que por ello renuncien a la rigurosidad científica. Álvaro Valdezate. Ha sido toda mi juventud, porque yo fui siendo un niño y he visto cómo ha crecido, cómo se ha desarrollado todo. De ver una zanja, que se ponían piedras para que no se cayera la gente, a ver ahora unas infraestructuras … es algo impensable que pudiera llegar a realizarse todo esto en Padilla. Y a nivel personal, conocer a mucha gente, conocer muchas cosas, viajar a muchos sitios con los propios arqueólogos, … “La figura del sabio en su torre de marfil es perniciosa, tan estéril para el investigador mismo como para quien financia sus trabajos, ya sea con dinero público o privado. [Tengo] la convicción de que es imprescindible divulgar los resultados de la investigación para que ésta sea realmente atractiva, […] y para ello es fundamental acudir a todos los recursos accesibles”. Esta frase forma parte del discurso del arqueólogo y profesor Fernando Quesada en la entrega de los Premios Vaccea 2012. Ya no cabe la visión del arqueólogo como alguien encerrado en el periodo histórico que estudia, alejado de la sociedad. Quizá un problema es que la divulgación no aparece en los planes de estudio de los alumnos de Arqueología. Al acabar los estudios, la razón de ser de un arqueólogo es la excavación propiamente dicha. Puede que haya que enseñar a los alumnos a realizar proyectos integrales de Arqueología, en los que también se tenga en cuenta la conservación, presentación y difusión de los hallazgos arqueológicos. Puede que sea necesario incentivar y estimular en el seno de la Universidad no solo la Docencia y la Investigación, sino también la olvidada Extensión Universitaria. Y esta de la difusión, y la formación para la difusión, parece una clara compentencia de Extensión. La divulgación de la Arqueología puede realizarse a través de los medios clásicos, pero también han de utilizarse las nuevas formas de difusión a través de los medios de comunicación y de 6 47