mos las características cerámicas lisas o decoradas,
de gran o pequeño formato, siempre hechas a mano
y cocidas en ambiente reductor que les confiere un
característico color oscuro. Entre los grandes recipientes destacan aquellos
de bordes engrosados y a
veces decorados con ungulaciones o digitaciones,
que incorporan destacados
pies anulares muy moldurados; también fragmentos de
vasitos de paredes finas y superficie intensamente bruñido,
con acabados en cocción reductora. Una pieza muestra especial
interés al incluir un motivo astral-solar consistente en una esfera
con diez brazos destrogiros.
El repertorio material correspondiente a la etapa vaccea se muestra
amplio en variedad y cronología, planteando continuidad con respecto del
mundo soteño y proyección hacia el romano (siglos IV a.C. al cambio de la Era).
Existe una colección interesante de cerámicas elaboradas a mano, oscuras,
con decoración a peine o estampillada
que enraízan con los momentos más
antiguos y que, sobre todo en el caso
de una tapadera, muestran el característico ‘estilo impreso vacceo’ definido
a través de las colecciones de Pintia o
Cuéllar. No faltan las cerámicas pintadas finas, con su temática geométrica
decorativa de semicírculos concéntricos, rombos, líneas sinuosas, etc; y, entre ellas, aquellas polícromas que, junto
a las especies grises céreas de imitación
metálica, remiten a momentos tardíos.
Vasos de perfil en ese, ungüentarios
con cuerpo abombado y boca de seta,
cuencos, copas, embudos, grandes dolia, etc. son parte de los repertorios formales habituales. Como producciones
singulares resulta frecuente el hallazgo
de canicas de piedra o barro, así como
fusayolas y pondera, testimonio de una
actividad textil con importante peso en
la economía vaccea; mención especial
merece también un colgante cerámico
por corresponder a la tipología recuperada en la tumba infantil pintiana
número 153 que, con gran contenido
simbólico, parecen imitar piezas de orfebrería; y, ya para terminar con el capítulo de singulares, debemos referirnos
a un tipo de hallazgo de gran especificidad vaccea: las producciones excisas,
realizadas sobre el barro en ‘textura de
1
3
Representaciones de ciervas sobre cerámica de
Montealegre (1, según J.F. Blanco), Tiedra (2) y
Pintia (3).
cuero’ contraponiendo cortes en 45? a
punta de navaja, para crear cajitas, pies,
mangos de simpula o pies anulares. Entre los hallazgos metálicos destacaremos un cuchillo ligeramente afalcatado
que nos remite a una época en la que la
metalurgia del hierro se aplica de forma
generalizada para la creación de armamento y útiles de muy diversa naturaleza y función. Mangos de hueso para estos o para punzones metálicos también
están constatados.
El asentamiento de La Ermita
sobrevivió al proceso de conquista romana, convirtiéndose en una próspera
ciudad romana del Convento Cluniense.
Los hallazgos constructivos de tegulae e
imbrex, amén de piedras y sillares que
se amontonan en las lindes de las tierras, y las trazas de edificios romanos
observados en la prospección aérea,
muestran cambios sustanciales aunque
respetando buena parte del diseño urbano previo. Entre los hallazgos de este
nuevo horizonte cultural destacan los
de terra sigillata —decorada con punzones geométricos y figurados— cerámica común romana, monedas, fichas
de juego, hebillas en omega o anillos de
bronce. Elementos que se imponen a
las tradicionales cerámicas pintadas en
óxido de manganeso sobre barros anaranjados —ahora denominadas precisamente ‘de tradición indígena’— tan del
gusto vacceo, que muestran en estos
momentos tardíos una mayor presencia
de motivos figurados como algunos de
los fragmentos tiedranos ilustran. Entre
ellos cabe destacar ciertas representaciones que podrían hacer referencia a
tópicos manejados por los cronistas romanos en relación a
estas tierras del interior peninsular. Sería el caso de la abundancia de liebres y conejos
—narrada por Cátulo (XXXVII,
18) para la Celtiberia a la que
denomina ‘cuniculosa’ o por
Apiano (Iber., 53-54) para los
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vacceos cuando, al referirse al
asedio de Intercatia, indicara
los disturbios intestinales que
padecían las tropas romanas
por la mucha carne de ciervo y
de liebres que comían, aparte de
la falta de vino, sal y vinagre— o,
en una esfera mítico-religiosa, de
la cierva blanca de Sertorio, teofanía o numen benéfico vinculado
a uno de los episodios bélicos —las
guerras civiles entre Pompeyo y Sertorio— de mayor incidencia en la meseta castellana. El hallazgo ahora de
una nueva representación de cierva paciendo estampada sobre el extremo de
un asa horizontal de una vasija tiedrana, idéntica a la hallada en Montealegre
(publicada en ANUARIO VACCEA 2011),
muestra el interés añadido de confirmar la existencia de un cuño común, tal
vez engastado en un anillo con e ]YH?B?[\?[ZY\?HY0?[?X?H[XY?[?[????]YY\??X??X\??X?[?\?[?X[Y?HB?YY?K]Z^??\?[?\??]XHH[X[0???Y?K??\?X?]?[Y[?K?[?\?X?????Y[?B?????Y\?]YHH?\?\?[?X?p??[?YH???H[???Y?Y[???\??[ZX??H[?B?[Y?[?0?\?[XH?Y?\?HH?Y\??H[??H?Y?]X?p??H?]???X??Y??H??[?HB?[?H?HH[XK?X?\\?Y?[????????H[?XK?[Z]HH[?[X?Y[?B????[?Z?K?[??8?&?Y\?X?Y??&K??[?H??XH?\??][HH?\??[??X?YB?[??H[X[????]YH???H?\???[Z[]YHH??Y\?H?X[^?YK??H\?Z]HHYY?H?YK?[??YK[?[\?[?H\?[?[ZY[??X??[?H??X[??[]YK?[?[X?\???H??[?]YYH][?HH?]??\?H\?\?0?[?X\??]??XH?][?[[??]^H??B?[???XX?p??????Y[[??[?]YH?]\?\?[??\?Y?X?[?\?]YH[????[??X?Z???H^?]?X?p??\?]Y[?0???X?K\?Z][??\??[?\?H???\?X\???]??B????X??p???\\??X?X[Hp?\?XK\???[???Y]?H[???XX?p?????H[?H?]YYH\??]0?Y?X?HX?X?X?p??H[??YB??[??X[YY\?]Y[?0???X?K???\????[??p?[??Y^??X\??[[?????[??????[^??????B??