Vaccea Anuario 2012 Sep. 2013 | Page 31

mos las características cerámicas lisas o decoradas, de gran o pequeño formato, siempre hechas a mano y cocidas en ambiente reductor que les confiere un característico color oscuro. Entre los grandes recipientes destacan aquellos de bordes engrosados y a veces decorados con ungulaciones o digitaciones, que incorporan destacados pies anulares muy moldurados; también fragmentos de vasitos de paredes finas y superficie intensamente bruñido, con acabados en cocción reductora. Una pieza muestra especial interés al incluir un motivo astral-solar consistente en una esfera con diez brazos destrogiros. El repertorio material correspondiente a la etapa vaccea se muestra amplio en variedad y cronología, planteando continuidad con respecto del mundo soteño y proyección hacia el romano (siglos IV a.C. al cambio de la Era). Existe una colección interesante de cerámicas elaboradas a mano, oscuras, con decoración a peine o estampillada que enraízan con los momentos más antiguos y que, sobre todo en el caso de una tapadera, muestran el característico ‘estilo impreso vacceo’ definido a través de las colecciones de Pintia o Cuéllar. No faltan las cerámicas pintadas finas, con su temática geométrica decorativa de semicírculos concéntricos, rombos, líneas sinuosas, etc; y, entre ellas, aquellas polícromas que, junto a las especies grises céreas de imitación metálica, remiten a momentos tardíos. Vasos de perfil en ese, ungüentarios con cuerpo abombado y boca de seta, cuencos, copas, embudos, grandes dolia, etc. son parte de los repertorios formales habituales. Como producciones singulares resulta frecuente el hallazgo de canicas de piedra o barro, así como fusayolas y pondera, testimonio de una actividad textil con importante peso en la economía vaccea; mención especial merece también un colgante cerámico por corresponder a la tipología recuperada en la tumba infantil pintiana número 153 que, con gran contenido simbólico, parecen imitar piezas de orfebrería; y, ya para terminar con el capítulo de singulares, debemos referirnos a un tipo de hallazgo de gran especificidad vaccea: las producciones excisas, realizadas sobre el barro en ‘textura de 1 3 Representaciones de ciervas sobre cerámica de Montealegre (1, según J.F. Blanco), Tiedra (2) y Pintia (3). cuero’ contraponiendo cortes en 45? a punta de navaja, para crear cajitas, pies, mangos de simpula o pies anulares. Entre los hallazgos metálicos destacaremos un cuchillo ligeramente afalcatado que nos remite a una época en la que la metalurgia del hierro se aplica de forma generalizada para la creación de armamento y útiles de muy diversa naturaleza y función. Mangos de hueso para estos o para punzones metálicos también están constatados. El asentamiento de La Ermita sobrevivió al proceso de conquista romana, convirtiéndose en una próspera ciudad romana del Convento Cluniense. Los hallazgos constructivos de tegulae e imbrex, amén de piedras y sillares que se amontonan en las lindes de las tierras, y las trazas de edificios romanos observados en la prospección aérea, muestran cambios sustanciales aunque respetando buena parte del diseño urbano previo. Entre los hallazgos de este nuevo horizonte cultural destacan los de terra sigillata —decorada con punzones geométricos y figurados— cerámica común romana, monedas, fichas de juego, hebillas en omega o anillos de bronce. Elementos que se imponen a las tradicionales cerámicas pintadas en óxido de manganeso sobre barros anaranjados —ahora denominadas precisamente ‘de tradición indígena’— tan del gusto vacceo, que muestran en estos momentos tardíos una mayor presencia de motivos figurados como algunos de los fragmentos tiedranos ilustran. Entre ellos cabe destacar ciertas representaciones que podrían hacer referencia a tópicos manejados por los cronistas romanos en relación a estas tierras del interior peninsular. Sería el caso de la abundancia de liebres y conejos —narrada por Cátulo (XXXVII, 18) para la Celtiberia a la que denomina ‘cuniculosa’ o por Apiano (Iber., 53-54) para los 2 vacceos cuando, al referirse al asedio de Intercatia, indicara los disturbios intestinales que padecían las tropas romanas por la mucha carne de ciervo y de liebres que comían, aparte de la falta de vino, sal y vinagre— o, en una esfera mítico-religiosa, de la cierva blanca de Sertorio, teofanía o numen benéfico vinculado a uno de los episodios bélicos —las guerras civiles entre Pompeyo y Sertorio— de mayor incidencia en la meseta castellana. El hallazgo ahora de una nueva representación de cierva paciendo estampada sobre el extremo de un asa horizontal de una vasija tiedrana, idéntica a la hallada en Montealegre (publicada en ANUARIO VACCEA 2011), muestra el interés añadido de confirmar la existencia de un cuño común, tal vez engastado en un anillo con e ]YH?B?[\?[ZY\?HY0?[?X?H[XY?[?[????]YY\??X??X\??X?[?\?[?X[Y?HB?YY?K]Z^??\?[?\??]XHH[X[0???Y?K??\?X?]?[Y[?K?[?\?X?????Y[?B?????Y\?]YHH?\?\?[?X?p??[?YH???H[???Y?Y[???\??[ZX??H[?B?[Y?[?0?\?[XH?Y?\?HH?Y\??H[??H?Y?]X?p??H?]???X??Y??H??[?HB?[?H?HH[XK?X?\\?Y?[????????H[?XK?[Z]HH[?[X?Y[?B????[?Z?K?[??8?&?Y\?X?Y??&K??[?H??XH?\??][HH?\??[??X?YB?[??H[X[????]YH???H?\???[Z[]YHH??Y\?H?X[^?YK??H\?Z]HHYY?H?YK?[??YK[?[\?[?H\?[?[ZY[??X??[?H??X[??[]YK?[?[X?\???H??[?]YYH][?HH?]??\?H\?\?0?[?X\??]??XH?][?[[??]^H??B?[???XX?p??????Y[[??[?]YH?]\?\?[??\?Y?X?[?\?]YH[????[??X?Z???H^?]?X?p??\?]Y[?0???X?K\?Z][??\??[?\?H???\?X\???]??B????X??p???\\??X?X[Hp?\?XK\???[???Y]?H[???XX?p?????H[?H?]YYH\??]0?Y?X?HX?X?X?p??H[??YB??[??X[YY\?]Y[?0???X?K???\????[??p?[??Y^??X\??[[?????[??????[^??????B??