Vaccea Anuario 2012 Sep. 2013 | Page 17

Vista del oppidum de Monte Bernorio (Villarén, Palencia) desde la parte alta de Los Baraones; foso y muralla oeste y vista desde Monte Bernorio hacia Castillejo (Pomar de Valdivia, Palencia). Fotos M. Barril (1999) la primera Edad del Hierro y el 400 a.C. y luego en la segunda Edad del Hierro, desde principios del siglo IV a.C. al I d.C. Sus excavadores calculan una media de 500 a 600 habitantes en su momento álgido, calculando una media de 4-5 moradores por vivienda. Las prospecciones aprecian una ocupación dispersa, con agrupaciones de viviendas de planta circular o rectangular en zonas, dejando espacios sin construcciones entre ellas que separan y sirven de comunicación entre los “barrios”. Cabe destacar dos posibles edificios públicos cerca de las puertas. Las líneas defensivas de muralla se adaptan a la orografía del terreno y son más potentes en el lado norte, el Puntas de lanza de la necrópolis de Monte Bernorio. Foto Museo de Palencia, J. Ayarza. más vulnerable. Otra muralla cruzaba el castro transversalmente y una serie de muros delimitan zonas, algunas de las cuales protegerían los manantiales. Muy cerca está el castro de Amaya, en el que la presencia prerromana es muy poco significativa. En la provincia de Palencia, Monte Bernorio es sin duda el yacimiento más conocido desde siglos atrás. Se trata de un oppidum situado en lugar de paso entre la cabecera del valle del Pisuerga, en la cuenca izquierda del río Lucio, y la parte alta del Ebro en un enclave dominante que se interrelaciona con numerosos castros y promontorios con ocupación en la I o II Edad del Hierro. Las excavaciones llevadas a cabo en su núcleo, desde 2004, por el equipo dirigido por Jesús Torres-Martínez documentan un asentamiento desde el calcolítico, con una ocupación estable al menos desde el siglo IX o VII hasta el I a.C. en que fue conquistado por los romanos. Una vez destruido el oppidum se instaló en el mismo lugar una fortificación romana de larga duración. Aunque el área arqueológica real es más amplia, la plataforma oval superior ocupa unas 28 ha, en una superficie de 700 por 400 m. San Valero ya documentó una vivienda circular bajo la muralla y los nuevos trabajos confirman ese tipo de estructura habitacional, así como otras de planta cuadrangular más recientes. Consta de una fuerte muralla con tres puertas y un recinto interior, en la acrópolis, que aunque los restos actuales parecen ya romanos tuvo una etapa anterior. Otro castro destacable en la provincia de Palencia es Monte Cildá (Olleros de Pisuerga), en el que las estructuras conservadas son ya del siglo I a.C. y llegan al V d.C., pero donde se hallan materiales más antiguos y procede una tésera de hospitalidad en forma de manos cruzadas que alude a Turiaso (actual Tarazona, Zaragoza), que pese a su importancia resulta algo sospechosa por su alto contenido en zinc. Otros son el Castro de la Loma (Santibáñez de la Peña), con varias murallas construidas en distintas fases, que estuvo ocupado entre los siglos III y I a.C., el del Cerro de la Maza (Merindad de Valdeporres), de murallas mal conservadas, una acrópolis interior con muralla y restos de viviendas rectangulares dispersas, o el de Peña Albilla (Monasterio) En la Comunidad de Cantabria destaca un castro de menor tamaño, de 3,2 ha, pero que al parecer tuvo un papel decisorio durante las guerras cántabras. Es el de la Espina del Gallego, situado en la divisoria entre las cuencas del Pas y el Besaya, que controlaba el paso desde la cordillera a la costa. Ha sido identificado, tras su excavación por el equipo de Eduardo Peralta, como Aracelium, el castro que Cayo Antistio Vetus conquistó en el 25 a.C. y que antes se situaba en Aradillos, cerca de ReiPuñales de la necrópolis y cabaña de Monte Bernorio, excavaciones de San Valero. Foto Museo de Palencia, J. Ayarza. 6 17