Bajo el suave, el infinito seno del jet; más tierra, más
hombre, más paloma, más gloria me siento;en todas las
flores del mundo se han convertido mi pecho, mi rostro
y mis manos. Mis pecados, mis manchas, se evaporan,
mi cuerpo vuelve a la dulce infancia. Hombre, Señor, tú
hiciste a Dios para alcanzarlo, ¿ o para qué otra cosa?
Para alcanzarlo lo creaste y lo persigues ya de cerca.
Cuidado con el filo de este jet, más penetrante que las
agujas de hielo terrenas, te rompa los ojos por la mitad;
es demasiado fuego, demasiado poderoso, demasiado
libre, este inmenso pájaro de nieve. Cuidado que tu hijo
te envíe el latido de la muerte; la mariposa que nació de
tu mano creadora puede convertir tu cabeza en cenizas.
Oye, hombre, ¡entiéndeme! Bajo el pecho del Jet mis
ojos se han convertido en los ojos del águila pequeña a
quien le es mostrado por primera vez el mundo.
No siento temor. Mi sangre está alcanzando a las
estrellas; los astros son mi sangre. No te dejes matar
por ningún astro, por este pez celeste, por este dios de
los ríos que tus manos eternas fabricaron. Dios Padre,
Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, Dioses Montañas, Dios
Inkarrí: mi pecho arde. Vosotros sois yo, yo soy vosotros,
en el inagotable furor de este Jet.
No bajes a la tierra. Sigue alzándote, vuela más todavía,
hasta llegar al con fin de los mundos que se multiplican
hirviendo,eternamente. Móntate sobre ellos,dios gloria,
dios hombre.
Al Dios que te hacía nacer y te mataba lo has matadoya,
semejante mío, hombre de la tierra.
¡Ya no morirás! He aquí que el jet da vueltas, movido
por la respiración de los dioses de dioses que existieron,
desde el comienzo hasta el fin que nadie sabe ni conoce.
11