uno EDITORIAL FORMATIVA / SERIE DIÁLOGOS FORMATIVOS / ICADEPSLP
De no haber una verdadera reingeniería al interior de los partidos, en la era de la“ post-verdad”, las opciones políticas que enarbolan y propagan el populismo antidemocrático y excluyente los suplantarán y ocuparán los espacios que hasta hoy ha ostentado la obsoleta y retrograda clase política tradicional, y en las figuras anti sistémicas recaerá la responsabilidad de conducir los destinos de México más pronto que tarde; esto implicará la imposibilidad para los institutos políticos que los relevos generacionales se conviertan en activos y capital político ante el electorado a razón del desgaste y desprestigio acumulado.
La aristocratización de la política implica reflexiones recónditas en la vida interna de los partidos. Una observación penetrante sobre aquellos que lo integran y su aportación real al fortalecimiento de un partido o al de un México más democrático. Implica el reacomodo de los cretácicos valores establecidos para dar paso a una cultura política pulcra que vele por los legítimos intereses ciudadanos. Significa que muchos se despidan de la ubre de oro de la que han mamado durante décadas. Conlleva la responsabilidad, la voluntad y el boceto para crear las instituciones para el México del mañana.
En política no hay cabida para los improvisados. La política no está hecha para todos y no todos están hechos para la política. La política aristocratizada no tiene lugar para los“ Layín”, los Gallardo, los Cuauhtémoc Blanco, las Carmen Salinas, los Damián Alcázar, las Margarita Zavala o los Donald Trump. La finalidad última de la aristocratización de la política es que los mejores mexicanos, aquellos con conocimiento de causa, probada capacidad intelectual y verdadera convicción de servir a su país, sean quienes gobiernen y tomen las decisiones necesarias para que México dé un salto cuántico y se consolide como el México del siglo XXI, para consumar la asignatura pendiente del México justo, libre, moderno e igualitario, ese que tanto hemos anhelado pero para el que tan poco hemos construido.
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