Alivio: ~~Estoy cansado(a) de mentir respecto a esto y me pregunto cuándo me van a descubrir.
Impaciencia: Yo pedí perdón y la dejé; ¿qué más quieres que haga?
Ansiedad crónica: ~Si me mantengo ocupado todo el tiempo estaré bien,>.
Ira iustificada: ~~Estoy haciendo lo que quiero y me siento bien..
Ausencia de culpa: ~~Hice lo que hice y ya está~~.
Aislamiento: ~~Nadie me apoya~,.
Desesperanza: ~~Este matrimonio nunca saldrá adelante~~.
Parálisis: ~~Me siento dividido. No sé qué hacer~~.
Disgusto consigo mismo: ~~Soy tan tonto. ¡Por qué arriesgué todo lo que amo?,>3 El cónyuge infiel puede también sentir culpa por hacer daño a los hijos, y aflicción por haber perdido un amante.
Después que una aventura se descubre, los esposos necesitan asumir la responsabilidad personal de buscar ayuda y salir del pantano de sentimientos y decisiones que hay que tomar para progresar en el procesode sanidad. Es virtual mente imposible que las personas traten de superar todo esto solas. Necesitan un Consejero o pastor con adiestramiento y experiencia que los ayude a discernir y a resolver estos asuntos. Necesitan desesperadamente el apoyo emocional y la ayuda y oraciones de amigos, familiares y miembros de la iglesia, si es que van a asumir la tarea de reedificar su relación.
ETAPA N.° 2: Tiempo de decidir.
Después de una aventura amorosa, muchas parejas tratan de restaurar rápidamente su relación por una variedad de razones: unas buenas y otras malas. Amigos, familiares y líderes de la iglesia bien intencionados a menudo presionan inconscienternente a un cónyuge para que se reconcilien rápidamente con su compañero(a) infiel.
Esa presión para que se tome una decisión rápida es un error. Un cónyuge fiel probablemente se sienta reprendido o coaccionado para reconciliarse pronto, sobre todo si al cónyuge infiel no se le ha exigido que se tome el tiempo suficiente para demostrar una tristeza y un arrepentimiento dignos de confianza. Ambos cónyuges necesitan tiempo para discernir las cosas y llamar por su nombre a las luchas que hay en sus corazones.
Ambos cuestionarán si la restauración es incluso posible o vale la pena. Una decisión rápida en cualquier dirección resta importancia tanto a la gravedad de lo que ha sucedido como a la necesidad de un proceso de confrontación, confesión, arrepentimiento y perdón, lo cual puede conducir o no a la reconciliación en el matrimonio. Decidir si uno debe renunciar o volver a comprometerse es una decisión monumental que no debe tomarse nunca a la ligera.