Trump en la Casa Blanca suplemento DONALD TRUMP 1 año | Page 8
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Instintivo como pocos, Trump ha advertido el peligro que le acecha en las
elecciones legislativas de 2018 y no se ha quedado quieto. Ha avanzado,
negociado y abrazado a los dueños del pantano. Ha cambiado el paso, pero no
ha dejado de ser Trump ni de cavar la zanja. Día a día, incontenible y furioso,
ha mantenido la estrategia de la tensión y ahondado la sima que divide como
nunca desde 1968 a los estadounidenses. Ese abismo es, de momento, su
principal legado.
En Blanco y Negro
El muro. El veto migratorio. Los “países de mierda”. La deportación
de dreamers. La expulsión de salvadoreños, nicaragüenses y haitianos. El
rechazo a los refugiados. La reducción a la mitad de las green cards… Donald
Trump ha construido su presidencia con un continuo ataque a la inmigración.
A diferencia de su admirado Ronald Reagan, ha dado la espalda a la noción de
Estados Unidos como tierra de emigrantes y ha puesto en marcha una singular
clausura del sueño americano. El proyecto de nación ha llegado a su fin y es
hora de cerrar las fronteras. La apertura ya no es necesaria. América ya no está
en construcción. Sino que ha cristalizado en una forma que hay que aprestarse
a defender. Es la doctrina de América Primero. De una América que él,
blanco, multimillonario y enamorado de su propia genética, considera la mejor
del mundo.