Travesías didácticas Nº 29 • Diciembre 2018 | Page 37

“Su libertad radica en la creación constante de reglas que rigen su dinámica. Esto supone que el juego contribuye también a crear orden, ser orden y exigir orden. La desviación más pequeña estropea todo el juego. Por ello para su normal desarrollo, requiere el respeto y coherencia de las partes que lo realizan” (extracto, Programa de Capacitación y Apoyo al docente, Municipalidad de Bs.As., 1980). El control sobre las situaciones de juego y las características estereotipadas de las actividades llevaron al abandono paulatino del juego trabajo, pasando de ser una actividad diaria a una semanal. Coexistieron junto al discurso oficial, propuestas de juego como las de Hilda Cañeque junto con aquellas propuestas que reivindicaban el juego-trabajo como metodología, como la de Susana Galperín quien escribe “Los supuestos básicos del método de juego- trabajo” (Galperín, 1981, en Bosch, Lydia, en Bosch, “Un Jardín de infantes mejor: siete propuestas”). En su texto, la autora reconoce al juego como un factor vital en la vida del niño y al juego en pequeños grupos como facilitador de la interacción con el otro; que cada chico tiene un determinado tiempo de actividad, de desarrollo, de maduración, y que cada uno es capaz de decidir cuando está en un marco adecuado de elecciones y que además, la conducta de cada niño es variable. Supone también que la experiencia directa con los objetos es el mejor camino del aprendizaje para esta edad y que el más rico aprendizaje se logra mediante la actividad creadora del chico y la resolución de situaciones problemáticas. Asimismo, que la satisfacción de sus inquietudes y necesidades generará nuevos deseos de conocimiento. Reconoce que en el juego trabajo, la planificación, el orden, el desarrollo y la evaluación de las tareas favorecerán el desarrollo de los mecanismos intelectuales y prepararán al niño para cuando posteriormente se adentre en un pensamiento conceptual. Finalmente, supone que, una estimulación equilibrada que atiende a los aspectos intelectual, socio-emocional, estético- expresivos y físico favorecerá el desarrollo de una personalidad armónica y bien integrada 12 . La concepción oficial del Juego Trabajo se refería por un lado, a que es juego porque para el niño es una actividad creativa y placentera, pero también es trabajo, porque el docente debía establecer objetivos propios para ese juego, que el niño tendría que alcanzar (objetivos como logros), y ello le demandaría cierto trabajo, por lo tanto, es posible decir que el placer del juego durante este período lleva implícito los objetivos del trabajo, al decir de Reichman y Fernandez “implica la posibilidad de iniciar al niño en los trabajos a través del juego” 13 retomando la idea de Froebel de considerar al juego como un antecedente evolutivo del trabajo. En esta década, se reformula el juego de sala total. Para ampliar la lectura, recomiendo el cap.4 de “Un jardín de infantes mejor. Siete propuestas” Ed. Paidos, donde la autora desarrolla la temática abordada. 12 REICHMAN, M. y FERNANDEZ, A. (1982) “La metodología del juego trabajo en el jardín de infantes”. Buenos Aires, Ediciones PAC. 13 35