Travesías Didácticas Nº 20 • Diciembre 2015 | Page 27

En este contexto tienta pensar a la literatura acercándose al pensamiento de Graciela Montes, quien nos propone desde su texto “La frontera indómita”(2) empujar los límites y ampliar la frontera de la literatura para recuperarla como forma de lenguaje y modo de hacer cultura, al decir de la autora “volver a hacer gestos”, y “volver a dejar marcas” porque está claro, que en educación hemos hecho abuso de la literatura infantil, convirtiendo al texto literario en la “forma de domesticación más tradicional y prestigiosa de la literatura”.(3) Para continuar en la línea de pensamiento de Graciela Montes e ir creando lazos con la filosofía, recuperamos la entrevista que Marcela Carranza (2009) le realiza en Revista Imaginaria, en la que la escritora expresa: “En los ochenta aprendí en palabras de Gianni Rodari que ese niño-que-juega es finalmente el verdadero vencedor, porque los libros nacidos para el 'niño-alumno' no permanecen, no resisten el paso del tiempo, las transformaciones sociales, las modificaciones de la moral ni tan siquiera a las conquistas sucesivas de la pedagogía y de la psicología infantil. Los libros nacidos de la imaginación y para la imaginación, sin embargo, permanecen, y a veces, hasta incluso se hacen más grandes con el tiempo.”(4) En primer lugar, la mirada de Graciela Montes sobre la literatura se aproxima sensiblemente a la mirada provocadora de hacer filosofía en las salas del jardín con los niños y niñas, puesto que, si ensanchar la frontera es correr los límites como ella lo afirma, podemos sostener que esta propuesta se une a ese desafío, ya que invita a abrir nuevas ventanas por donde mirar y leer la realidad haciendo posible la oportunidad de crear nuevos espacios para vivir la experiencia del pensamiento con otros… Y que, de la misma manera que los libros escritos para los niños no perduran en el tiempo, la filosofía pensada para ellos tampoco lo logra. La filosofía que nace de los niños y con ellos es siempre una experiencia inaugural, que trasciende los límites del tiempo que el calendario fija. En cuanto a la preposición “para” (señalada dos veces en el párrafo anterior) realizar la siguiente aclaración con el propósito de orientar el sentido de la lectura: “Filosofía para Niños” es el nombre original que el profesor Matthew Lipman dio a su innovadora propuesta educativa a fines de los años sesenta en E.E.U.U. y con cuyo nombre se identifica al Programa “Filosofía para Niños” (FpN) que actualmente recorre más de 50 países. (2) Montes, Graciela (1999) La frontera indómita. En torno a la construcción y defensa del espacio poético. México, FCE. Colección espacios para la Lectura. (3) Carranza, Marcela (2009) ¿Por qué la literatura es también para los niños?. Revista Imaginaria, Nº 261. Disponible en http://www.imaginaria.com.ar/ (4) Ibidem 25