Travesia 2025 | Page 19

los nativos de la región, además de enfermedades y hambre entre los expedicionarios, causando la muerte de muchos de ellos.
Luego de la vuelta de Don Pedro de Mendoza a España y la muerte de su sucesor Juan de Ayolas a manos de los indígenas payagua en 1537, Domingo Martínez de Irala fue elegido como gobernador de la provincia del Río de la Plata a través de la Real Provisión del 12 de septiembre de 1537 que establece que: en caso de que el gobernador falleciera y no dejara sucesor, el pueblo podía elegir un nuevo gobernador. A pesar de esto ser una elección informal y sin aprobación directa de la Corona Española, el liderazgo de Irala era efectivo e inspiraba respeto a sus hombres. Ese mismo año, el gobierno se trasladó a Asunción, fundada por Juan de Salazar y Espinosa, el cual se convertiría en el centro estratégico y gubernamental del nuevo dominio español.
Como gobernador, Irala implementó una serie de medidas administrativas que dieron forma a la provincia. Estableció el sistema de cabildos, los cuales estaban a cargo de la justicia y la vida civil en un nivel local. En una de sus medidas sociales más importantes, fomento el mestizaje entre españoles y los pueblos indígenas, lo cual no solo benefició a la región de forma social, sino que de manera política, facilitando las alianzas entre grupos y el control colonial. Fue uno de los primeros gobernadores en organizar una sociedad mestiza como base del orden colonial. En una de sus medidas más controversiales, Irala instituyó la repartición de las tierras y el sistema de las encomiendas, a través del cual los conquistadores reciben indígenas como trabajadores a cambio de convertirlos al cristianismo.
Domingo Martinez de Irala colaboró con varias órdenes religiosas para la conversión de los pueblos indígenas de la región. Los franciscanos fueron la orden más activa durante su gobierno. Irala facilitó la construcción de misiones y capillas, promoviendo la enseñanza de la doctrina cristiana.
Una de sus grandes hazañas fue su defensa de la autonomía local de las colonias contra la autoridad lejana de la Corona Española. En varias ocasiones tuvo conflictos con los enviados por la Corona que fueron mandados a destituirlo de su cargo. Por ejemplo, Alvar Nuñez Cabeza de Vaca, quién fue nombrado adelantado del Río de la Plata por el rey y llegó a América en 1542 para gobernar, fue apresado por Irala y enviado de vuelta a España. Este acto de astucia demostraba la importancia que le daba Irala a la colonia y como fue capaz de actuar en defensa del orden que él había establecido.
En 1552 la Corona finalmente reconoció su autoridad luego de varios intentos de desplazarlo del poder e Irala fue nombrado oficialmente gobernador del Río de la Plata y Paraguay. Este nombramiento fue una gran victoria para Irala tras años de conflicto con la colonia y prosiguió a gobernar hasta su muerte. Durante ese tiempo, continuó implementando medidas en la provincia, promoviendo el comercio, la agricultura, y la educación religiosa.
Irala falleció en Asunción en 1556, dejando atrás un legado profundo e importante. Fue un conquistador pero logró organizar el orden colonial. Su figura está fielmente representada por las actitudes de la época, por un lado la de el dominio y la conquista europea, y por el otro la construcción de una sociedad mestiza que seria clave para la identidad paraguaya. Su conflicto con la corona sobre la autonomía de la colonia definió los valores paraguayos de coraje, esfuerzo y patriotismo. Fue el impulsor del carácter mbarete de los paraguayos y creó la base de una identidad forjada por la mezcla de culturas, la resistencia ante la adversidad, y la firmeza para construir un país sin importar los obstáculos. En conclusión, Domingo Martinez de Irala no solo fue un líder político y militar, sino también el constructor de una identidad paraguaya única.
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