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capacitarlos. Se debe capacitar a los A.M. en el aprender a envejecer, reconocerse
como adulto mayor. A partir del reconocerse envejecido se genera un montón de
conocimiento sobre las propias capacidades. Es importante también enseñarle a la
gente cómo enfrentar las pérdidas, que no siempre son duelos. La gente tiene que
aprender a sustituir lo que se pierde, ser capaz de abrirse a hacer nuevos amigos, a
generar nuevos espacios donde hacer cosas.
El profesional debe adoptar una posición de respeto, que implica una posición de
humildad, partiendo de la base que el A.M. tiene una vasta experiencia de vida, y
todo lo que se pueda decir o proponer, está sujeto a pasar por la experiencia de ellos.
El trabajo social tiene un amplio campo en el tema del adulto mayor porque es
una de las poblaciones que está más abandonada y que necesita más. La apuesta tiene
que ir por un trabajo multidisciplinario, el trabajo social cuenta con metodologías
participativas que se pueden orientar al trabajo con adultos mayores, que serían más
beneficiosas al complementarlas con otras profesiones.
Variadas profesiones trabajan el tema del A.M., pero la visión del T.S. es más
integral. Es un aporte, el poder concentrar esfuerzos de distintos sectores en el tema
del A.M.
El tipo de relación que el profesional establezca con los adultos mayores puede
potenciar el cambio deseado. El trabajador social cuenta con habilidades
comunicativas que sirven para motivar a los adultos mayores a desarrollar una actoría
social.
Los trabajadores sociales que intervienen con adultos mayores en programas
municipales, establecen 7 áreas de acción. De estas,
en solamente cuatro el
trabajador social se encuentra involucrado de forma directa:
a) Acciones asistenciales, que consisten en la entrega de beneficios materiales.
b) Fortalecimiento de organizaciones o trabajo comunitario: capacitación a
dirigentes, formación de nuevas organizaciones, elaboración de proyectos
c) Difusión de información sobre beneficios sociales.
d) Talleres de desarrollo personal.