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153 allí, en la medida que no genere interés un tema en un profesional o en quienes tienen el poder de decisión, no se dará mayor prioridad a tal o cual tema, en el caso de los adultos mayores, es evidente que el tema no genera gran interés en algunos sectores de la sociedad. “Lamentablemente siempre nos vemos dentro de un escenario en el cual el tema no es muy Top, no es muy marquetero, desde el punto de vista de lo que es la publicidad., entonces a veces cuesta un poco hacer sentir en la comunidad la gran necesidad que existe, ya sea en el ámbito local, de poder contar con programas que tengan el financiamiento lo suficientemente capaz para poder abordar esta gran demanda.” (A.S). Los trabajadores sociales, al movernos en este ámbito (trabajo municipal en programas de Adulto Mayor), debemos desarrollar nuestra creatividad para poder responder a las necesidades y demandas de la población de mayor edad con la que trabajamos. Es poco atractivo, como ya se ha dicho, dedicarse al tema, y asimismo, conseguir apoyo, tanto financiero como de recursos humanos, y se opta muchas veces, por realizar solo actividades para mantener ocupados a los viejos. En muchas ocasiones los programas no surgen como necesidades reales de los municipios: o se ven obligados por una política de gobierno, o lo hacen porque otro municipio cuenta con tal o cual programa. Entonces, no existe una fundamentación del programa y un cuestionamiento de la situación, por ende la acción no tiene un sentido, tensionando a los trabajadores sociales por la falta de recursos y de interés de parte de las autoridades. Eso, en el fondo, instrumentaliza a la gente y al trabajador social. 6. El poder en la intervención con adultos mayores: Socialmente se piensa que lo adultos mayores son los “pobrecitos” en términos de dependencia, esta lógica conlleva a error y se hace abuso de poder. Los adultos mayores no necesitan del Trabajador Social para vivir, requieren de nuestros conocimientos para realizar acciones que los dignifiquen, y no que los hagan más dependientes de los profesionales y a su vez del Municipio. El profesional tiene que estar atento al riesgo de crear relaciones de dependencia194 y más aún 194 Las relaciones de dependencia, necesariamente otorgan poder al profesional que las establece, y colocan a los sujetos de la intervención (los adultos mayores en el presente estudio) en un plano de inferioridad. Ello hace imposible lograr cambios, porque para que ellos se produzcan, el A.M. debe