126
el sentido latente de este discurso devela en primer lugar que los trabajadores sociales
tienen cierta autoridad frente a los problemas de la sociedad actual, en este caso los
adultos mayores. Como diría Everett Hughes 182 “...las profesiones han establecido un
pacto con la sociedad. A cambio del acceso a su extraordinario conocimiento en
asuntos de vital importancia humana, la sociedad les han concedido un mandato
sobre el control social en sus áreas de especialización...” en este sentido los
profesionales hacen uso de su autonomía en la práctica, pero siempre estableciendo
un diálogo con la sociedad, un diálogo que tiene relación no sólo con los medios sino
con los valores. El discurso implícitamente lo expone, las acciones profesionales se
ven influenciadas por la escala de valores que la sociedad establece. El considerar a
una persona de edad avanzada un ser aún productivo, participativo responde a lógicas
de una sociedadcon un mercado neoliberal y son valores de ésta. Ahora como los
profesionales no son sólo actores sino sujetos, éstos acuden a su moral y en una
reflexión pueden elaborar una crítica a su entorno social aportando a sus prácticas.
Del estudio realizado se rescata que a nivel municipal, la mayoría de los
programas de adulto mayor de la región Metropolitana están a cargo de asistentes
sociales, o al menos hay trabajadores sociales en los programas, que conforman el
equipo profesional, lo que nos permite afirmar que los trabajadores sociales cuentan
con un saber ampliamente reconocido por la institución municipal, por la sociedad. El
trabajo social es una de las pocas profesiones con un espectro amplio de saberes a
nivel de las ciencias sociales lo que favorece el trabajo con A.M.. Además, la
profesión aporta a la constitución del actor adulto mayor, que trabaja con él, que
facilita procesos socio-educativos que le permitan adquirir herramientas para vivir su
etapa en forma plena. El T.S. promueve una visión distinta de la vejez, cree en el A.M
como actor y negocia para responder a sus múltiples necesidades, aportando así al
cambio cultural.
Las acciones para este cambio cultural están concentradas en un trabajo solo
con los adultos mayores, es mas bien sectorizado, por una cosa de recursos tanto
humanos como financieros el trabajo está netamente dirigido hacia los adultos
mayores como grupo vulnerable sin mayor interacción con otros grupos o programas.
La intervención que los profesionales realizan no tiene un carácter intergeneracional,
en este sentido difícilmente se logran los objetivos planteados por la actual política
182
En Schön, 1992. P.21.