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persona significativa para ellos como los niños, si los escuchas ya que es su gran
necesidad, ellos te van a escuchar también” (A.S). Al ser escuchados se genera en
ellos una necesidad de retribución hacia el profesional: “Con uno siempre son
afectuosos, porque tú los escuchas...” (Experto)
Se puede pensar que los adultos mayores son más afectivos, lo afectivo se
comprende desde diversos prismas en los discursos: “Son más adhesivos, eso sí, pero
es una adhesividad que tiene que ver con que nadie les da bola, entonces se adhieren
a aquél que les da bola, porque encuentran eco en lo que están hablando (...) ahora,
no sé si realmente serán mucho más afectivos, porque todos los caracteres negativos
se acentúan con la edad, y si una persona no ha sido afectiva durante su vida, no lo
va a ser cuando sea mayor(...) yo diría que son adhesivos, no afectivos”. (Experto).
En relación a la afectividad, los profesionales fueron muy honestos y dispares en sus
discursos explícitos. Algunos reconocen una dificultad para no involucrarse
afectivamente; en ciertos casos se experimenta miedo al trabajar con personas
mayores, por tener más cercana la posibilidad de la muerte, tema que algunos
profesionales explicitan no saber cómo enfrentar: " la verdad que es difícil no
quererlos porque hay tanta entrega, la verdad que yo soy de esas personas que
piensan en que es necesario darse en todos los ámbitos de la vida, querer, expresar
cariño y también aprender a recibirlo y eso en cierta forma lo he aprendido con los
abuelos..." (A.S)..." cuando me ofrecieron trabajar con A.M. no quería porque le
tenía miedo al cuento de la muerte, vivir constantemente cercano a la experiencia y
uno igual se encariña es como complicado." (A.S). La formación profesional nos
recalca la exigencia de mantener las distancias con quienes se trabaja, ello se hace
difícil porque se trabaja con personas. Aquí se vislumbra que la intervención afecta al
profesional, que no se puede ser neutro, que hay un impacto sobre el trabajador
social, asi como sobre los sujetos con los que se interviene, implícitamente se señala
en los discursos la imposibilidad de mantener la distancia como la teoría lo exige, se
denota en las estructuras de conciencia de los trabajadores sociales una visión de la
vida en donde el ser persona no se opone al ser profesional, que el profesional debe
manejar sus emociones, pero no puede negarlas. El discurso profesional,
implícitamente devela que la intervención no está lejos de las cuestiones
fundamentales de la vida humana, como lo es el tema de la muerte, y se explicitan
muchos temores respecto de este tema.