Trabajo informática revista pisa2000 | Page 86

la organización y gestión de los recursos humanos siguen contribuyendo a la pobreza de resultados en centros públicos con abun- dancia de profesorado. puntuaciones en lectura más favorecidas. Ese efecto no parece darse en los centros privados, sino más bien el efecto contrario, que es el esperable: a ratio más elevada, más dificultades para el profesorado y, por ello, rendimientos educativos más bajos. Todo ello puede obser- varse con mayor claridad en la Figura 4.10, similar al gráfico izquierdo de la Figura 4.9 pero desagregando los centros públicos de los privados. Obsérvese la diferencia en los rangos de ratios: en los centros públicos el valor máximo es 16 alumnos por profesor y el valor mínimo 6; en los privados el rango es mucho más extenso, de 9 a 28: la dotación promedio en recursos humanos de los cen- tros privados es ciertamente más reducida que la de los públicos. Las líneas de tenden- cia de ambos tipos de centro tienen una pendiente muy cercana a la horizontal indi- cando que la influencia de la ratio sobre el rendimiento es débil, aunque estadística- mente significativa. Resulta fácil de explicar la línea de ten- dencia de los centros privados: a medida que la ratio aumenta hay menos profesores para atender a las necesidades educativas de los alumnos y, en consecuencia, su rendimiento disminuye. Puede incluso considerarse un éxito de los centros privados que la disminu- ción no tenga una pendiente más pronun- ciada. No puede decirse lo mismo de los centros públicos. Están mejor dotados en profesorado (tanto en número como en for- mación y en remuneración) y, sin embargo, no pueden conseguir mejores resultados en los casos de ratio más favorable. Una posible explicación de este efecto es la mayor pre- sencia de alumnos de un nivel ISEC bajo en los centros de este tipo. Pero una vez detraí- da la contribución del índice ISEC la ten- dencia apuntada sigue siendo significativa, aunque de menor cuantía. Parece, pues, que otros aspectos relativos al contexto social o a 47 Horas de deberes a la semana en lengua Este factor parece estar a caballo entre los fac- tores del alumno y del aula. En la medida en que supone un esfuerzo realizado por el alum- no fuera de las horas escolares, debería ser considerado un factor propio del alumno. Pero en realidad la iniciativa de hacer deberes y la cantidad de tiempo que se emplea en rea- lizarlos (en el caso de que el alumno decida hacerlos) es decidida por el profesor y por eso se considera aquí como un factor del aula. La Figura 4.11 presenta los resultados obtenidos. Casi la mitad de los alumnos emplea entre una y tres horas a la semana en realizar sus deberes en lengua y algo más de un tercio emplea menos de una hora. Las alumnas tra- bajan significativamente más en casa que los alumnos. También los que obtienen mejor nivel en la prueba de lectura han tenido más horas de deberes, aunque el máximo no se observa en el nivel más elevado sino en el inmediatamente anterior. Los alumnos de centros privados, especialmente los de los centros no-concertados, realizan más debe- res que los alumnos de centros públicos, aun- que la diferencia no es abrumadora. Por últi- mo, se realizan más deberes a medida que se incrementa el nivel ISEC de los alumnos. La realización deberes en casa influye claramente en la puntuación obtenida en la prueba de lectura. Se destaca especialmente el grupo de alumnos que no hace deberes de lengua: su puntuación cae 64 puntos con res- pecto a la media global. Menos importante es la caída (14 puntos) de los alumnos que sólo hacen una hora de deberes a la semana, mien- tras que los que hacen más de una hora y más de tres obtienen una mejora de 15 y 17 pun- tos 47 . Los resultados confirman, pues, la La diferencia entre ambos grupos no es estadísticamente significativa. [ 88 ]