alumnos en lectura, que aparece en la
dimensión vertical, con el añadido de una
recta de regresión lineal que indica la ten-
dencia en la relación entre ambas variables.
Puede observarse que, a grandes rasgos, los
resultados educativos se incrementan cuan-
do lo hace la renta, lo cual no puede conside-
rarse un hallazgo novedoso en los estudios
internacionales de evaluación.
Sin embargo, existe para todos los paí-
ses una desviación sobre la tendencia, en la
medida en que los resultados obtenidos no
caen exactamente sobre la recta de regre-
sión. En la parte inferior de la Figura 2.9 se
representan, ordenadas por su magnitud,
esas desviaciones, equivalentes a la distancia
vertical positiva o negativa que existe entre
la posición de un país y la recta de regresión.
La cuantía de esa distancia representa la
diferencia entre la puntuación obtenida por
cada país y la que sería esperable según su
nivel de renta.
Como puede observarse, España sitúa
sus resultados educativos casi perfectamente
en el lugar donde le corresponde con arreglo
a su renta per capita. Es el país con menor
desviación con los resultados esperables,
contrastando con países como Italia, Suiza,
Alemania o EEUU, cuyos resultados quedan
claramente retrasados respecto a su poten-
cial económico. Por otro lado, es de admirar
la rentabilidad educativa lograda en países
como Nueva Zelanda, Corea o Finlandia con
relación a lo que era esperable según su nivel
de renta.
Es curioso observar también que los
países que aparecen en el gráfico muestran
posiciones similares según su situación
geográfica. Los países mediterráneos que-
dan relativamente agrupados, y España
muestra los mejores resultados educativos
siempre que no se considere a Francia un
extraño a la práctica didáctica habitual y, por
ello, es posible que los alumnos españoles se
hayan visto de algún modo desorientados por
el tipo de rendimiento que se esperaba de
ellos y que no corresponde exactamente con
los ejercicios habituales en clase 26 . Además,
pese a que tanto los marcos como las pruebas
fueron aceptados por los países participan-
tes, su concepción y redacción original fue en
lengua inglesa, y eso ha podido introducir un
sesgo que la posterior labor de traducción y
adaptación cultural no ha podido detectar o
neutralizar. En este sentido, es digno de
observación el hecho de que ningún país de
habla inglesa haya obtenido unos resultados
bajos: todos quedan por encima de Estados
Unidos, un país que tradicionalmente pre-
senta resultados mediocres en las evaluacio-
nes internacionales.
Por último, ya hemos apuntado que los
estudios anteriores de evaluación han puesto
de manifiesto la existencia de una asociación
entre resultados educativos y nivel socio-
económico y cultural. Una de las formas de
medir este nivel, especialmente apto para
una comparación global entre países, es refe-
rirlo a la renta per capita. Los países difieren
en este parámetro y tradicionalmente la
bibliografía educativa ha mostrado que los
resultados educativos reflejan o responden a
esa diferencia. La Figura 2.9 pone en relación
la renta per capita –más exactamente el PIB
(producto interior bruto) por habitante,
medido en dólares compensados por el índi-
ce PPP (paridad de capacidad adquisitiva)–
de los países participantes con su puntuación
global en lectura.
La figura tiene dos partes. En la parte
superior se representa, mediante un gráfico
de dispersión, la relación entre la renta del
país, que aparece en la dimensión horizontal,
y la puntuación media obtenida por sus
26
Los responsables de PISA han permitido la difusión de determinados ejercicios de las tres áreas para que sea posible apreciar el tipo de
tareas a las que se debían enfrentar los alumnos. El resto se reserva para ser administrado de nuevo en futuros ciclos de PISA con el fin de
poder equiparar las puntuaciones y permitir medir la evolución en el tiempo del rendimiento de los alumnos.
[ 48 ]