TOM SOWYER Tom Sawyer - Mark Twain | Page 26

Tom Sawyer www.librosmaravillosos.com Mark Twain -De espíritu; bienaventurados los pobres de espíritu, porque ellos... ellos... -De ellos... -Porque de ellos... Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos..., será el reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos... porque ellos... -Re... -Porque ellos re... -Reci... -Porque ellos reci... ¡No sé lo que sigue! -Recibirán... -¡Ah! Porque ellos recibirán..., recibirán... los que lloran. Bienaventurados los que recibirán, porque ellos... llorarán, porque recibirán... ¿Qué recibirán? ¿Por qué no me lo dices, Mary? ¿Por qué eres tan tacaña? -¡Ay, Tom, simple! No creas que es por hacerte rabiar. No soy capaz. Tienes que volver a estudiarlo. No te apures, Tom: ya verás cómo lo aprendes; y si te lo sabes, te voy a dar una cosa preciosa. ¡Anda!, a ver si eres bueno. -Bien; pues dime lo que me vas a dar, Mary. ¡Dime lo que es! -Eso no importa, Tom. Ya sabes que cuando prometo algo es verdad. -Te creo, Mary. Voy a darle otra mano. Y se la dio; y bajo la doble presión de la curiosidad y de la prometida ganancia, lo hizo con tal ánimo que tuvo un éxito deslumbrador. Mary le dio una flamante navaja «Barlow» que valía doce centavos y medio; y las convulsiones de deleite que corrieron por su organismo lo conmovieron hasta los cimientos. Verdad es que la navaja era incapaz de cortar cosa alguna; pero era una «Barlow» de las «de verdad», y en eso había imponderable grandiosidad... aunque de dónde sacarían la idea los muchachos del Oeste que tal arma pudiera llegar a ser falsificada con menoscabo para ella, es un grave misterio y quizá lo será siempre. Tom logró hacer algunos cortes en el aparador, y se preparaba a empezar con la mesa de escribir, cuando le llamaron para vestirse y asistir a la escuela dominical. Mary le dio una jofaina de estaño y un trozo de jabón, y él salió fuera de la puerta y puso la jofaina en un banquillo que allí había; después mojó el jabón en el agua y lo colocó sobre el banco; se remangó los brazos, vertió suavemente el agua en el 26 Preparado por Patricio Barros