TOM SOWYER Tom Sawyer - Mark Twain | Page 184

Tom Sawyer www.librosmaravillosos.com Mark Twain bosque. No creo que le hiciéramos nada. Cada uno de ellos soltó un tiro al escapar, pero las balas pasaron zumbando sin hacernos daño. En cuanto dejamos de oír sus pasos, abandonamos la caza y bajamos a despertar a los policías. Juntaron una cuadrilla y se fueron a vigilar la orilla del río, y tan pronto como amanezca va a dar una batida el sheriff por el bosque, y mis hijos van a ir con él y su gente. Lástima que no sepamos las señas de esos bribones: eso ayudaría mucho. Pero me figuro que tú no podrías ver en la oscuridad la pinta que tenían, ¿no es eso? -Sí, sí; los vi abajo en el pueblo y los seguí. -¡Magnífico! Dime cómo son; dímelo muchacho. -Uno de ellos es el viejo mudo español que ha andado por aquí una o dos veces, el otro es uno de mala traza, destrozado... -¡Basta, muchacho, basta!, ¡los conocemos! Nos encontramos con ellos un día en el bosque, por detrás de la finca de la viuda, y se alejaron con disimulo. ¡Andando, muchachos, a contárselo al sheriff!...; ya desayunaréis mañana. Los hijos del galés se fueron en seguida. Cuando salían de la habitación, Huck se puso en pie y exclamó: -¡Por favor, no digan a nadie que yo di el soplo! ¡Por favor! -Muy bien, si tú no quieres, Huck; pero a ti se te debía el agradecimiento por lo que has hecho. -¡No, no! No digan nada. Después de irse sus hijos el anciano galés dijo: -Esos no dirán nada, ni yo tampoco. Pero ¿por qué no quieres que se sepa! Huck no se extendió en sus explicaciones más allá de decir que sabía demasiadas cosas de uno de aquellos hombres y que por nada del mundo quería que llegase a su noticia que él, Huck, sabía algo en contra suya, pues lo mataría por ello, sin la menor duda. El viejo prometió una vez más guardar secreto, y añadió: -¿Cómo se te ocurrió seguirlos? ¿Parecían sospechosos? Huck permaneció callado mientras fraguaba una respuesta con la debida cautela. Después dijo: -Pues verá usted: yo soy una especie de chico malo; al menos, todo el mundo lo dice, y no tengo nada que responder. Y algunas veces ocurre que no puedo dormir a gusto por ponerme a pensar en ello y como tratando de seguir por mejor camino. Y 184 Preparado por Patricio Barros