Nos ayuda a
manifestar aquello que
nos lastimó, frustró o nos
causó algún dolor. Nos
da la oprtunidad de
liberarnos del
sufrimiento.
El enojo
surge como res-
puesta a la frustración.
Moviliza una gran canti
dad de energía que a ve
ces puede ser explosiva
y otras veces,
implosiva.
Debemos
exponer nuestro
malestar cuidando
los vínculos, no
descalificar.
Cuidar al otro.
Contener el enojo
pudiera volverse tóxico. tanto
a nivel físico como emocional.
Suele generar peleas y conflictos, por
lo cual solemos "guardarlo" "acumularlo"
Esto suele empeorar las cosas. Otras ve-
ces sentimos la necesidad de defender-
nos reactivamente y podemos atacar
y explotar a gritos, llanto o palabras
hirientes o agresivas hacia los
demás. Nuestros múscu-
los se tensan y eleva-
mos la voz.