Cuentos
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los saberes y muchos los eruditos que aconsejaron al hombre , la gran tierra de gas y sus hijos. Más grande que ninguna era y ninguna tan bonita pero el verano vino y recordó su calorcito. Los robots no sabían ni de frío ni de fresquito, mientras el hombre decía: ¡iremos al sol calentito!.
Tres mundos había camino del calor, y al primero que llegó al frente de muchos barcos de fuego que flotaban vagabundos en busca y encuentro de mundos que benditos habitar, al llegar a este primero en otro ya no quiso estar, pues cerquita , muy cerquita de ese mundo sin igual, flotaba un gran barquito al que fueron a parar.
Y dentro había hombres y mujeres sin maldad que así contaron su historia y los robots quisieron, claro esta, ayudar .Que antes, (nosotros los humanos así venidos
a llamar), sembramos en este planeta la semilla de la maldad y el bien en una máquina con lo bueno y primordial , lo enviamos a Marte , y vosotros os fuisteis a multiplicar y el veneno de la tierra fue cada día mayor y solo quedamos durmiendo, nosotros y la tripulación. Y a un niño chiquitito, a un niño sin maldad , a vuestro planeta chiquito, nosotros quisimos enviar, que aunque fuera chiquito contenía una gran bondad y la fuente del saber de nuestra curiosidad, nos devolvió a un hombrecito y vuestra ayuda si es necesidad ,que convierta mi planeta en un hogar para amar ,con los míos y los tuyos, conviviendo sin rencor .Y así se hizo en la tierra, algo que no pudo ser mejor ,
de lo bueno de los años que pasaron las dos tribus,
aprendieron una de otra , lo que olvidaron al empezar ,
si se olvida la historia , alguien la recordara en forma
de vida y gloria con la palabra lealtad.
FIN