“ SENDERO LOS ZIPAS”, ESPACIO DE MEMORIA HISTÓRICA.
POR: CLARA HELENA GAITÁN BARRERO
INVESTIGADORA SOCIAL, MAGISTER EN ESTUDIOS SOCIALES, CON ÉNFASIS EN HISTORIA, ANTROPOLOGÍA Y ESPECIALISTA INTERNACIONAL EN GERENCIA Y GESTIÓN CULTURAL Y CON ESTUDIOS EN“ INTERPERSONAL COMMUNICATION- UNIVERSITY OF KENTUCKY, USA”.
Iniciando en la calle 2 ª, en un recorrido hasta la 4 ª, entramos en la dimensión de los Zipas. El tamaño monumental de la escultura que allí se encuentra, es un homenaje simbólico a la grandeza jerárquica del Zipa, importante gobernante de la Confederación Muisca. Enseguida, como en un museo de memoria, las voces de los viajeros del tren resuenan alrededor de la casa de La Estación y se unen a los sonidos actuales de un agitado presente en el Parque de la Esperanza, que convoca historias y memorias de tiempos diversos de Zipaquirá. Aunque los Zipas tenían su sede de gobierno en Funza, afianzaron su autoridad con la sal de Chicaquicha,-nombre chibcha de Zipaquirá-, lugar que convirtieron en sede del poder económico de la Confederación Muisca. Cuando Jiménez de Quesada se enteró de que existía un activo comercio de sal entre los indígenas y que había una“ laguna de sal” en el interior del continente, decidió desviarse de su ruta al Perú. El 22 de marzo de 1537 llegó a las poblaciones muiscas de Nemocón y Zipaquirá y siguió por Cajicá, Chía, Suba y Engativá hasta Bacatá, donde enfrentó al Zipa. Los cronistas de Indias refieren la existencia de los Zipas de Bacatá con los siguientes nombres y datación: Meicuchuca( 1450-1470); Saguamanchica( 1470-1490); Nemequene( 1490- 1514); Tisquesusa( 1514- 1537), quien gobernaba a la llegada de los conquistadores españoles; Sagipa o Zaquezazipa( 1537-agosto de 1538) quinto y último Zipa de Bacatá, fue
MONUMENTO AL ZIPA TISQUESUSA