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H uaylarsh M oderno : códigos , raíces y modernidad
de color blanco, llullu vicuña y conchevino, dándole importancia solamente
al sombrero negro y vicuña; es necesario poner en conocimiento que disi-
muladamente, so pretexto de dar cumplimiento a los pasacalles impuestos
por algunos concursos de Huaylarsh, muchas agrupaciones actualmente ha-
cen utilizar a sus mujeres sombreros de colores chillones (rojo, azul eléctrico,
amarillo, entre otros) intentando generar una personalidad muy particular
y propia pero que deslinda totalmente de la esencia misma del Huaylarsh;
mientras que uno es traje típico el otro es sencillamente moda arbitraria. El
pantalón con abertura y blondas blancas del varón es una prenda vistosa muy
propia del Huaylarsh moderno, que tristemente queda privada de su galanura
y gracia, por unos cierres cosidos en las aberturas que no permiten que las
blondas ondeen con esplendor; esto es muestra de cierta vergüenza que posee
un sector muy reducido de danzantes pero que en buena medida se ha venido
corrigiendo. Pero lo más grave que ha sufrido la vestimenta del Huaylarsh
moderno es el bordado masivo a máquina que está desplazando del mercado
al tradicional bordado a mano debido a su bajo costo y que innegablemente
afecta negativamente a los artesanos textiles “Las máquinas pueden hacer en
un día lo que yo hago en un mes, pero eso no es original; las máquinas sirven
para hacer uniformes.” (Moisés Balbín en Nuñez, 2007).
La vestimenta del varón en el Huaylarsh moderno es casi totalmente
de influencia occidental, salvo por la faja, mientras que el cotón, la faja y la
manta, pese a que han sufrido cambios superficiales, son prendas que mantie-
nen la esencia andina del wanka. En la wamla la vestimenta resulta emblemáti-
ca y es asumida como como un símbolo de identidad wanka (Rios, 2007).
MÚSICA
La evolución de la música del Huaylarsh es quizá el que posee un
hito histórico evidente: Zenobio Dhaga Zapaico. En el Huaylarsh antiguo
las faenas agrícolas iban acompañadas del canto a capela de las wamlas, luego
se incorporaron las bellas y acompasadas melodías de la tinya y el pincullo,
que fueron reemplazados por sus equivalentes occidentales: el bombo y saxo.
Mientras tanto se practicaba en los salones ritmos de huayno y Huaylarsh su-
friendo un ligero aceleramiento al son del violín y arpa, y actualmente se han
impuesto las orquestas típicas en la celebración de las fiestas del Huaylarsh
multiplicando por cien su contagiante sonido.