A rturo M allma C ortez
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de la vestidura y armamentos de los guerreros indica que todos son Mochi-
cas; no hay enfrentamientos entre etnias distintas, como Mochicas contra
guerrero Recuay.
La mayoría de estos estudios están relacionados con el concepto de
las guerras en el antiguo Perú. Recientemente escribimos un artículo acerca
del concepto andino de la guerra (Topic y Topic: 1997). Deseamos resumir
brevemente aquí tres pautas que son importantes para nuestro tema.
En primer lugar se considera al tinku como una violencia balanceada
que ocupa un tiempo y espacio ritual, y de ch'ajwa como guerra feroz sobre
terrenos y derechos al agua. Pero los diccionarios antiguos no confirman esta
dicotomía. El léxico de la lengua Aymara del Padre Ludovico Bertonio (1984
[1612]: segunda parte, 350) dice para "tincutha": Encontrarse los exercitos, o
bandas contrarios en la guerra, o en los juegos, venir a la batalla, comenzar la
pelea, y cosas semejantes.
En segundo lugar el concepto general que aquí se trata, del punto don-
de se une las cosas, territorios o gentes opuestas. La significación de tinku está
relacionada al concepto de yanantin [o sea: servir juntos] (González Holguín
1952 [1608]: 364), pero tiene más un sentido de oposición que, de comple-
mentariedad. La raíz más relacionada con la guerra en todos los diccionarios
es auca, mientras que en el dialecto xauxa, auca o jauca significa apacible o
tranquilo; estas contradicciones también serán motivo de aclaración. Gon-
zález Holguín (1952 [1608]: 37-8) apuntó muchas variaciones y combina-
ciones a base de esta raíz todas relacionadas con la guerra, con soldados, con
maniobras, etc.
Nosotros consideramos que, el concepto de tinku también incluye el
sentido de la unión de contrarios; en términos espaciales, tinku es el lugar en
que dos cosas, dos grupos de gente, o dos territorios se unen para formar una
sola entidad. Los motivos son también diversos. Lo más común es el deseo
de propiciar la tierra con sangre: Leslie Brownwigg (1974) nos informa que
en Cañar fue costumbre antiguamente cortase la garganta de un vencido para
sembrar la sangre en la chacra del vencedor. La presentación de una taza de
sangre al protagonista principal en la iconografía Mochica debe ser relacio-
nado. Más allá de la proposición, en muchos lugares creen que los resultados
del tinku pueden predecir la cosecha: si fue sangrienta, la cosecha será buena;
si habían muertos, mejor; y la cosecha de los que vencen será mejor que la